domingo 24 de noviembre, 2024
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De vida o muerte

Agustina Escanellas
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Agustina Escanellas

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Por Agustina Escanellas
En 2019, a nivel nacional, el porcentaje de mujeres mayores de quince años que a lo largo de su vida sufrieron situaciones de violencia, sea psicológica, física o sexual en ámbitos laborales, educativos, familia actual, pareja o expareja significó un 76.7%. Datos de ese año, muestran que se presentaron 110 denuncias diarias por violencia de género, en el primer semestre de 2021 se interviene en 3957 situaciones, 55% de las situaciones correspondió al sexo femenino y 45% al masculino. Los informes presentados por SIPIAV (Sistema Integral de Protección a la Infancia y Adolescencia contra la Violencia) registran en 2022, 7473 situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes, lo que significa más de 20 situaciones violentas diarias.
Con la aprobación demagógica de la ley integral de lucha de género Ley 19580 (Ley de violencia hacia las mujeres basada en género), sin la adjudicación de presupuesto necesario para su debido funcionamiento, se avanza en que comienzan a efectivizarse varias denuncias, pero al no tener el financiamiento que necesita para su debida implementación, el sistema se desborda y eso directamente significa que no da la respuesta necesaria ni en tiempo ni en forma. La Dirección Nacional de Políticas de Género del Ministerio del Interior presentó en 2022, las estadísticas sobre violencia doméstica y violencia de género, que indican que el período comprendido entre enero y octubre de 2022 es en el que más denuncias (33.350) se registraron, en comparación con los mismos períodos de 2019 (32.836), 2020 (33.137) y 2021 (31.801).Los homicidios a mujeres también aumentaron en el mencionado período, alcanzando los 42 contra los 32 de 2021 y los 31 de 2020. De los producidos este año, en 24 casos se constató que fueron femicidios; mientras que en 2021 hubo 22 femicidios en el mismo período y en el 2020, 17.
De estas cifras poco se habla, y es cuando nos sacude un caso como el de Valentina Cancela que sale a la luz que no hemos sido capaces de cambiar el paradigma cultural del machismo y que el sistema falla. Uno de los femicidas más jóvenes de la historia del país que en ningún momento manifestó arrepentimiento. Se está perpetuando la violencia en las nuevas generaciones y solo hemos sido capaces de declarar acciones y diagramar diagnósticos, pero no llevamos políticas a la acción por falta de recursos y cada caso que debería ser la gota que derrama el vaso, se diluye con otros titulares y tibias autocriticas. Mientras tanto, las muertes, los abusos, la violencia, continúan sin que podamos darnos cuenta que es una cuestión de derechos humanos. De vida o muerte.
Y que perdimos el examen desde el Estado, las instituciones educativas y policiales, el poder judicial, el legislativo, las familias y la sociedad. Cada uno de nosotros cuando miramos para otro lado naturalizando la violencia. Estamos anestesiados. Despertemos, escuchemos a los que saben, re direccionemos los recursos necesarios y comencemos la desconstrucción de viejos paradigmas para construir un futuro mejor libre de violencia.