Dra. María Jesús Puche
Consejo Regional Norte
La Otitis media en lactantes es una infección del oído medio causada por una infección respiratoria bacteriana o viral; es súbita y en general de corta duración. Es una afección común en los bebés y lactantes, generalmente afecta a niños menores de 2 años. Es de destacar que los lactantes no pueden comunicar claramente su malestar, por lo que los padres deben estar atentos a los signos y síntomas de la otitis media como son: irritabilidad, llanto excesivo, problemas para dormir, fiebre, tirarse de las orejas, dificultad para comer o succionar, secreción de líquido claro o pus por el oído.
El médico diagnostica la OMA en lactantes mediante observación de los síntomas y de la otoscopía (examen del oído).
La prevención de la OMA en lactantes implica tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollar esta afección, dentro de los cuales tenemos:
• Promover la lactancia materna: la leche materna contiene anticuerpos que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico del bebé, lo que puede reducir el riesgo de infecciones.
• Evitar la exposición al humo del tabaco: si hay fumadores en la familia, evitar fumar dentro de la casa o el auto.
• Evitar la exposición a infecciones respiratorias: evitar el contacto con personas que tengan infecciones respiratorias, como resfríos o gripe.
• Promover la buena higiene: lavar las manos antes de manipular al bebé y mantener limpios los objetos que el bebé pueda llevarse a la boca.
• Evitar la alimentación en posición horizontal: evitar que tome la mema mientras está acostado ya que eso puede facilitar el flujo de líquidos al oído medio.
• Limitar el uso de chupetes sobre todo cuando esté durmiendo.
• Vacunación: mantener todas las vacunas al día, ya que algunas enfermedades prevenibles por vacunación pueden causar otitis.
• Controlar las alergias.
• Atender los resfríos y alergias rápidamente.
• Evita la exposición a grandes grupos de personas en temporada de resfríos y gripe.
• Evite llevar al niño a la guardería cuando esté enfermo.
• Seguimiento médico: hacer un seguimiento médico después del tratamiento para asegurarse que la infección haya desaparecido y que no haya complicaciones.
Recuerde que cada bebé es diferente y puede tener diferentes necesidades y susceptibilidades.
Siempre es importante consultar con un médico para obtener consejos y recomendaciones específicas para cada niño.
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