Armando Guglielmone Instructor canino – Educador etólogo Representante ovejeros alemanes von schutzmann Contacto: 098 539 682.
Hace unos años unos clientes de esos de los que somos ya casi amigos me avisaron que su perra doberman había tenido cachorros y entre la camada habían nacido tres de color gris, a estos no pensaban venderlos pues a sabiendas de que este color trae aparejado generalmente algunos problemas de piel el propietario tendría que seguramente, más tarde o más temprano, invertir en su tratamiento. Así entonces se me ocurrió que podría tomar uno de estos y adiestrarlo como perro de asistencia para obsequiárselo a una persona que precisara de su ayuda, fui donde los perritos y luego de hacer un test para determinar cuál de ellos tenía las mejores condiciones para esta difícil tarea marché con él a casa para empezar su formación, tendría en ese momento unos cincuenta días. Llegados a casa y presentado a la familia debe haber tomado unos quince minutos que mi esposa e hijos decidieran que ese perrito gris se quedaría, “que buscara otro para esa tarea pero que él no”, es que eso provocaba este cachorro de piel como terciopelo y ojos melancólicos. Así luego de pensar un nombre se decidieron por Grau, que significa gris en alemán, perfecto para él, aunque el más usado fue “Nenito”, al cual respondía de manera diferente pues sabía que estaba asociado a mimos y caricias poniendo su cabeza cual toro contra uno y frotando su frente contra nuestras piernas. Era común que aún con apenas tres meses cinchara de la pierna del traje de ataque hasta tirarlo al piso y dormirse sobre el mismo, aunque también se dormía sobre mi perra boxer como si esta fuera un almohadón. Le gustaba provocar ladrando debajo de la mesa a mi perra más vieja hasta que esta le mostraba los dientes gruñéndole para así salir corriendo cual caballito por toda la casa, es que hacía el mismo sonido al correr, al que haya visto un dobermann se le hará familiar pues sabe que estos tienen piernas largas y patas enormes cuando chicos lo que provoca este sonido particular de galope. Así creció, pasando por una dermatitis severa que superó al igual que cuando se le arquearon los brazos por el rápido crecimiento y debía andar con los brazos vendados cual caballo de carrera lo que provocaba gracia y ternura al verlo. Y hace poco, este viernes pasado, Grau se nos fue, se le había detectado un linfoma invasivo al cual le tomó muy poco tiempo, pese al tratamiento, acabar con sus fuerzas. Lo único que nos reconforta si se puede decir así es que hasta el último suspiro estuvo siendo apoyado con caricias y palabras de afecto de mi hija y de mí. Grau nos dio solo días buenos excepto el que se apagó dejando un vacío en nosotros que no se puede llenar.
Pensando en él y sobre su primer motivo para haberlo traído que había sido adiestrarlo como perro de asistencia para personas que lo necesitaran me acabo de dar cuenta que su tarea nunca fue otra, sin darnos cuenta durante nueve años estuvo a nuestro servicio como tal, fue apoyo emocional en todo momento, junto a nosotros cuando hubo risas o llantos, protegiéndonos siempre y haciéndonos rezongar también, como cuando te levantabas en la noche y faltaba una pantufla, es que él no podía dormir sin tener un calzado nuestro bajo su cuerpote, necesitaba de la conexión constante con nosotros, como los niños, como un Nenito. QUEPD.
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