Por Andrés Torterola
El lunes 11 se llevó a cabo en la ciudad de Bella Unión el cierre del Programa “Familias Fuertes”, la coordinadora nacional de esa iniciativa Dra. Lorena Quintana dijo a CAMBIO que contaron con la participación de varias familias de Salto, Tacuarembó, Rivera, Artigas, Cerro Largo y Paysandú. En Salto participaron de este primer programa 15 familias y se capacitaron seis personas. Recordó que, en Uruguay, el programa “Familias Fuertes” fue presentado y lanzado a mediados del año 2022, la versión implementada en nuestro país fue adaptada por las Cátedras de Pediatría y de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad de la República (UdelaR).
500 ADOLESCENTES
Y SUS FAMILIAS
Indicó que, al cierre del programa de este año, se han alcanzado 13 departamentos, 500 adolescentes y sus familias y se han formado 100 facilitadores. “En el 2024 pretendemos alcanzar a todo el país y redoblar el número de adolescentes asistidos”. Explicó que esta política de Estado no tiene color político, no tiene nombre propio, la Inter institucionalidad, la validación por diferentes entidades académicas como la UdelaRlos hace ser muy optimistas. “Queremos que este programa trascienda fronteras electorales y partidos políticos, queremos que este programa ayude y fortalezca a cientos de familias de todo el país, por muchos años más”. Al cierre del año la Dra. Quintana dijo que de la información procesada y analizada se desprende que el cambio comportamental introducido por el Programa “Familias Fuertes” es visible y tangible. Tanto los “jóvenes” como los “adultos responsables” reconocen y expresan que sus acciones, sus buenas prácticas relacionadas a los objetivos del programa son llevadas adelante con mayor frecuencia. El impacto y la dimensión del cambio a nivel familiar es proporcionalmente inverso al registrado antes de la intervención del programa.
CONFORMIDAD
La comunicación intrafamiliar parece ser la dimensión de mayor debilidad en cuanto a su desarrollo entre los adultos antes de pasar por el programa, los cambios son observados y registrados en las cuatro regiones con características semejantes en cuanto a sus efectos.
Quintana aseguró que a lo largo de los talleres, las familias van expresando su conformidad con el programa, comprendiendo acciones que antes desarrollaban y que durante las sesiones identifican debilidades en su propio accionar, produciéndose un proceso de clarificación de conceptos vinculados a conductas que eran aceptadas como válidas y positivas.
Las familias también visualizan y utilizan los talleres como espacios para socializar con otros miembros de la sociedad que expresan tener y pasar por circunstancias semejantes a las suyas, reforzando así vínculos sociales y estableciendo mecanismos de generación y ampliación de capital social.