sábado 17 de mayo, 2025
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Mujeres rurales inician proyecto de agregado de valor a la lana en Tacuarembó

Esta semana, se dio inicio a la Intervención Territorial Específica (ITE) «Agregado de Valor a la Producción Ovina Familiar» en la región noreste de Uruguay, con un taller en Tacuarembó que reunió a 70 mujeres productoras y artesanas de los departamentos de Rivera, Cerro Largo y Tacuarembó. La actividad marcó el primer paso de un proyecto ambicioso que busca transformar la lana ovina en productos de mayor valor agregado, promoviendo la inserción socio-productiva de las mujeres rurales.
En el encuentro, Yuri Altieri, referente territorial de la Dirección de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), explicó que «se realizó el taller con el objetivo de conocernos entre todos los participantes y actores, en el marco del proyecto y de las instituciones del Sistema Nacional de Información y Desarrollo Rural (SNIDER).» Altieri destacó que «se recogieron insumos que serán utilizados para la planificación y ejecución de las futuras actividades, principalmente capacitaciones que abarcan toda la cadena de valor, desde la cosecha de la lana y confección de prendas hasta la comercialización de los productos».
La importancia del mercado lanero en Uruguay es indiscutible. Sin embargo, en los últimos años, la demanda internacional ha disminuido, y la producción de fibras sintéticas a precios más accesibles ha afectado el valor de las lanas medias y gruesas. En este contexto, el agregado de valor a la lana a través de la confección de prendas artesanales y su comercialización en el mercado local se presenta como una solución viable. Los Equipos Territoriales de la región noreste han acordado avanzar en esta ITE, con el objetivo de promover una inserción socio-productiva basada en la lana ovina.
La ITE fomenta la cooperación entre productoras y productores ovinos familiares y artesanas, generando un fondo común de lana sucia que garantizará el acceso a este insumo desde la esquila. Este proyecto tiene una duración de 18 meses y abarca los departamentos de Cerro Largo, Rivera, Durazno y Tacuarembó. Además, busca atender demandas territoriales, agregar valor a la lana y generar ingresos mediante la venta de productos. Se espera que los beneficiarios que comercialicen sus productos generen acuerdos con sus pares para aumentar el volumen de productos a ser comercializados.
Durante el taller, se llevaron a cabo capacitaciones y talleres de sensibilización en género, incluyendo sistemas de cuidados cuando sea necesario. Entre las participantes, Susana Tabares compartió su experiencia: «Me enteré por la Mesa de Desarrollo de esta convocatoria y la verdad, fue una experiencia muy linda. Mi intención en participar era para adquirir conocimiento, darle valor a la lana, porque me interesa y porque me crié en el medio rural donde mi familia, mi madre, trabajaba con la lana».
Tabares, junto con un grupo de mujeres de Curtina, tiene varios proyectos, incluido uno de gestión y reciclado de residuos. Al respecto, comentó: «Soy referente de un grupo de mujeres que trabajamos con la gestión de residuos, en mi caso trabajo en un taller de costura que se llama Cosiendo sueños Curtina donde transformamos todas las prendas que nos llegan». Además, sus compañeras trabajan con la clasificación de residuos de otros tipos como cartón y plástico. Este proyecto, conocido como Curtina recicla Tacuarembó, ha sido financiado por la Embajada de Canadá desde 2017 y apoyado por la Intendencia de Tacuarembó. «Tenemos un local donde las mujeres rurales trabajan esa parte de los residuos», añadió Tabares, destacando que el apoyo institucional permite desarrollar «una salida laboral para Curtina, y aportar a la identidad y la inclusión social de la comunidad».
El taller de agregado de valor a la lana ofrece oportunidades laborales adicionales a la comunidad de Curtina, complementando otros proyectos que no generan ingresos todo el año. Tabares resaltó la importancia de la parte social y comunitaria del proyecto: «Nosotras fuimos con otras mujeres de Paso de los Toros, Achar, Curtina, Bonilla, Sauce de Batoví… allá nos encontramos con mujeres de otras localidades que ni conocíamos como Rincón de Pi, Melo, Cerro Largo, Vichadero, Caraguatá, y un montón de mujeres que vinieron de diferentes localidades, todas con interés en adquirir conocimiento, no solo como salida laboral, sino también para fortalecernos, darle valor a la materia prima, lo que hicimos desde niños, que la oveja era lo que alimentaba nuestros hogares, y todo lo que nos abrigaba, desde el colchón relleno de lana, los abrigos, mantas».
En su zona, los productores ganaderos ovinos no pueden vender la lana debido al bajo costo en el mercado, por lo que se las donan a ellas para que puedan darle utilidad, reciclando y reutilizando materiales para producir valor. «Estamos en el camino correcto con las personas correctas, estas oportunidades son maravillosas… de mi grupo somos unas cinco mujeres y otras de la zona de Curtina, y se van sumando más. Nos estamos moviendo acá para trabajar esto en la zona, además hay mujeres que ya se habían capacitado en trabajar la lana. Sabemos también que hay un telar en la zona, hay que ubicarlo… nosotras estamos muy motivadas porque vamos a trabajar en todo el proceso de la lana, desde que sale del vellón hasta que está el producto terminado», explicó Tabares.
Destacando la importancia de trabajar en comunidad para agregar valor a un producto noble que se produce en la zona, Tabares expresó: «Amo estar acompañada de otras mujeres, que viven en otras localidades y realidades, con diferentes experiencias de vida. Es lo más maravilloso de estas instancias, es lo que nos empodera como mujeres».