viernes 18 de octubre, 2024
  • 8 am

Genera preocupación el aumento de personas mal nutridas y con problemas de obesidad en Uruguay

Sol

“Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados, denle mejores alimentos. El hombre es, lo que come”. Aunque desde el año 1850, momento en el que el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach, denunciaba en dicha expresión la necesidad de proporcionar un sustento saludable a las clases desfavorecidas, solo desde 1981 la FAO (Food and Agriculture Organization) por sus siglas en inglés, determinó su importancia, destinando el día 16 de octubre para su conmemoración anual. Cada año, desde un lema diferente, se pretende motivar al planeta a la consciencia del derecho y deber a elegir lo que nos ofrece la posibilidad de vivir en salud. Este 2024 es, “derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejor”. Pese a que vivimos en un planeta de enormes riquezas naturales, las cuales podrían brindar todos los nutrientes que su población requiere, hasta el año 2023, por un lado, el hambre aguda alcanzó a más de 280 millones de personas; y por el otro, cerca de 3000 millones se encuentran en malnutrición por exceso (sobrepeso u obesidad).
ALIMENTOS
Debido a que actualmente la inmensa mayoría de los productos que comemos están constituidos y/o adicionados con sustancias artificiales con el objetivo de otorgarles cualidades sensoriales (sabor, aroma, textura, apariencia), que complazcan nuestras preferencias, es que urge la necesidad de una verdadera toma de consciencia acerca de nuestra gestión alimentaria. Nuestro organismo nace con la capacidad de reconocer las sustancias que requiere para desempeñar adecuadamente sus funciones fisiológicas, de aquellas que podrían ocasionarle algún tipo de alteración. De este modo, mediante el proceso de homeostasis, logra el equilibrio interno; absorbe y utiliza lo que necesita, eliminando lo que no le es de utilidad. Sin embargo, en el transcurso de la vida, debido a la frecuente incorporación de sustancias nocivas y a la forma de vida inadecuada (distrés, inactividad, deuda de sueño, fármacos), va perdiendo la capacidad de tomar los alimentos que le sirven y eliminar naturalmente los perjudiciales.
VÍNCULO ENTRE LA ALIMENTACIÓN, SALUD O ENFERMEDAD
Desde el momento en el que el organismo está siendo formado en el útero, está expuesto a todas las sustancias que su madre ingiera. Por lo cual, ese individuo en formación, adquirirá las estructuras y capacidades propias de los alimentos que integre y le brinde su madre. A su vez, el tipo de nacimiento y lactancia serán determinantes del estado de salud, no solamente de sus primeros años, sino por el resto de su vida. De este modo, a medida que incorpora nuevos alimentos durante su primer año de vida, su eje intestino, microbiota, cerebro, generarán un metabolismo que condicione la salud o la enfermedad del mismo. Aunque tenemos claro que es necesario alimentarse saludablemente, es indiscutible que a la hora de celebrar o compartir espacios y tiempos de dispersión, la adecuada calidad nutricional no tiene la preferencia al elegir la comida. Y, aunque expresamos querer vivir en salud, ingerimos permanentemente sustancias que el cuerpo rechaza, por su toxicidad.
INGREDIENTES TÓXICOS
No solamente el contenido calórico, grasas, azúcar y sal importan, sino que debemos leer la “letra pequeña”, pues es ahí donde está la información más relevante para nuestra salud. Para dar algunos ejemplos, INS 102 (tartrazina), INS 621 (glutamato monosódico), INS 338 (ácido fosfórico), son tres de los componentes más frecuentes de encontrar en los alimentos de consumo diario.