Dr. Pablo D. Vela
Comienza a irse el 2024 pero no por ello se termina el ciclo electoral que como ya es sabido (o debería serlo) va a finalizar el segundo domingo de mayo del próximo año cuando los salteños elijamos nuestro próximo intendente.
Mientras, a nivel nacional el presidente electo Prof. Yamandú Orsi continúa planificando lo que esperamos sea el mejor equipo para el país, además de esperar una muestra de republicanismo otorgando los cargos de contralor a la oposición, Salto no ha permanecido quieto, ni tranquilo.
Por un lado los problemas que ocasionan las promesas que lógicamente rápidamente se transforman en falsas porque: la mayoría de los que prometen “pierden” en lo que varios dirigentes políticos toman como un juego algo tan serio como es gobernar, como el la ciencia de tomar decisiones que generen mejores condiciones para la población en general pero además porque los que piensan que “ganan” no lo hacen, se sacan fotos, alimentan su ego pero para el pueblo no hacen germinar un solo proyecto y menos si te prometieron algo un poco más ambicioso.
Así que a quedarse contentos quienes recibieron sus “canastas de comestibles”, su “compra” por el voto y algún elemento más de intercambio porque la mayoría no tiene nada para darle como político, son eternos ridículos abrazados a los cargos que los votantes necesitados, distraídos o vaya a saber porque los hacen llegar, de lo contrario la tendrían difícil en el día a día.
Todos los partidos políticos están recibiendo hoy lo que cosecharon, reclamos y más reclamos, de hecho, para quienes tuvimos muchos menos votos pero genuinos de alguna manera nos juega a favor porque ese salteño molesto llega a nuestro sector (TERCERA VÍA) desilusionado, decepcionado, otra vez, algo avergonzado porque a muchos se lo dijimos.
Pero allí vuelve a quedar clara nuestra premisa: lo nuestro es en busca de la mejora general, no individual.
Nuestros proyectos que engrosan la carpeta del Dr. Gustavo Zubía, electo senador y que se le acercaran a Marcelo Malaquina, nuestro candidato a Intendente buscan alentar una salida, una mejor vida para muchos salteños, nada tiene nombre y apellido.
Así iremos por la seguridad en zonas que se han vuelto muy complicadas, desconocidas e impensadas hasta hace un par de años, proyectos de apoyo a la madre soltera, a la mujer sin hijos soltera, al salteño con problemas de salud mental que bloquea sus buenas iniciativas o emprendedurismo, al hombre sin trabajo a cargo de una familia, al deportista con talento innato que no puede costear su crecimiento en la capital del país, al chacrero de “chico y mediano” que de igual manera genera trabajo y recursos que se distribuyen ahí nomás, en los almacenes de la zona, etc., etc.
Tomemos buenas decisiones, mayo merece la mayor atención posible, Salto merece otra realidad y no la atención que le brindaron quienes pidieron su cuidado, por dos períodos seguidos y la destruyeron económica, turísticamente e infraestructuralmente.
No paramos, seguimos, porque Salto merece otra cara, otra presentación. Merece cuidado elemental (recolección, calles e iluminación) e inversión pública y privada para avanzar.
Tomemos buenas decisiones, ahora vendrán proyectos o propuestas repetidas, mil veces repetidas, algunas robadas (como es costumbre) pero no lo harán, no están capacitados pero además ¿por qué no lo hicieron en diez años?.
En mayo iremos detrás del único candidato sin manchas, que busca mantener a salvo un legado de permanente crecimiento departamental, el de la charla de horas con el más adinerado pero también en el rancho más humilde.
No te vuelvas a equivocar, en mayo es con Marcelo Malaquina, lo decimos ahora, sin especular.
