domingo 23 de febrero, 2025
  • 8 am

¡Mira con qué ideas se empieza!

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Sol

Dr. Fulvio Gutiérrez
Desde hace unos días, vengo analizando una serie de frases de jerarcas del FA, que en verdad me preocupan, en la medida que expresan pensamiento y seguramente futuras conductas, de quienes van a gobernar nuestro país los próximos cinco años. Frases y conductas que, de concretarse, pueden lesionar las bases fundamentales de nuestro sistema constitucional. Entonces me pregunto: si así se empieza, ¿cómo será el final?
Por ejemplo, el inefable senador Alejando Sánchez, que en pocos días será secretario del presidente electo, y que aparece como el vocero oficial en la organización primaria del gobierno electo, afirmó que el acto de cambio de mando, será una fiesta de la democracia. ¡Vaya novedad! Todos los cambios de mando en nuestro Uruguay, cuando se han hecho en cumplimiento de la Constitución y la ley, han sido y deberán serlo siempre, una fiesta de la democracia. Enhorabuena que así sea. Pero entonces, no hay que invitar a personas políticamente despreciables, que atentaron en sus países contra la democracia, como Maduro, Díaz Canel o el impresentable Ortega. Vetados y bien vetados por el presidente Lacalle Pou. La respuesta de Sánchez a la decisión del actual presidente, fue que el FA invita a todos los países que tienen relaciones diplomáticas con Uruguay. No obstante, debió recordar que, si bien formalmente es así, Maduro expulsó a todos los funcionarios de la embajada uruguaya en Caracas, además de tener preso, quien sabe dónde, a un ciudadano uruguayo que ingresó a Venezuela para visitar a su novia y de lo cual no se ha dado la información que reiteradamente se solicitó. ¿Eso es tener relaciones diplomáticas?
La defensa del criterio de Sánchez, la ensayó el futuro canciller Mario Lubetkin, cuando dijo que una cosa es el Estado y otra cosa es el gobierno, y que aquel siempre queda, y este cambia. Como afirmando que la relación es con Venezuela y no con el gobierno de Maduro. Lo que no dice el Sr. Lubetkin, es que el gobierno de cualquier país, es quien representa al Estado y actúa en su nombre. Y hoy por hoy, el Sr. Maduro actúa –fraude mediante- ostentando una representación que no tiene.Los usurpadores de poder no son bienvenidos en Uruguay. ¡Cómo le cuesta a la jerarquía frentista reconocer que Venezuela es una dictadura! Con la salvedad –nobleza obliga- del presidente electo, Yamandu Orsi, quien no tuvo empacho en reconocer que Maduro es un dictador. ¡Yo no puedo imaginarme cómo reaccionaría Maduro, si tuviera que saludar a Orsi el primero de marzo!
Por otro lado, la Sra. Sandra Lazo, actual senadora que en días nomás, va a ocupar nada menos que la titularidad del Ministerio de Defensa Nacional, calificó a Cuba como un “faro de libertad”. Una elemental lógica, indica que no se puede negar lo que está probado con creces a nivel del mundo todo, y es de una notoriedad ilevantable. Más de sesenta años de una dictadura terrible, han hecho de Cuba, un país empobrecido en extremo, sojuzgado a la familia Castro, y donde nada ni nadie puede oponerse a sus designios despóticos. ¿Y esta señora niega eso? Los comentarios sobran.
El futuro Ministro del Interior, Dr. Carlos Negro, señaló públicamente que, para él, la guerra contra el narcotráfico está perdida. Aún no asumió el ministerio, y ya se entregó de pies y manos. Tremendo. El Ministro del Interior, que tiene como principal cometido la seguridad interna del Estado, reconoce que el Estado uruguayo, ya perdió ante el narcotráfico. ¡Patético!
En el Ministerio de Trabajo, el gobierno entrante dispuso designar en ese cargo, al señor Juan Castillo. Este señor es un conocido líder comunista, fanático marxista-leninista, que actúe donde actúe, su principal fin es la imposición de su ideología “bolche”. Es la peor elección que pudo hacer el Sr. Orsi, porque Castillo no tiene la condición de equilibrado mediador para resolver conflictos entre patronos y trabajadores, cosa que hace a la esencia de dicho ministerio. Téngase la seguridad que su balanza de equilibrio nunca será objetiva, sin importar la verdad o razón de cada parte. Su ideología así se lo impone.
Entonces si este es el panorama en el inicio del gobierno del FA, el Uruguay queridos amigos, está en el horno. Que conste.