
El martes 13 de mayo de 2025, en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Las Brujas de Uruguay, la Dra. Marisa Gallardo, investigadora de la Universidad de Almería, presentó ante técnicos y productores el modelo de gestión hídrica y nutricional que sostiene a la mayor concentración de invernaderos del planeta, el llamado «Mar de Plástico», una estructura agrícola que abarca 33.300 hectáreas en el sureste de España. En un contexto de creciente escasez hídrica y presión medioambiental, el caso de Almería ofrece un ejemplo de cómo la ciencia aplicada permite optimizar la producción agrícola en regiones extremadamente áridas, donde llueven menos de 200 milímetros anuales.
La costa de Almería, en el sur de España, alberga el mayor sistema hortícola protegido del mundo. Este extenso complejo de invernaderos, en su mayoría construidos con plásticos de bajo costo y tecnología media, es el principal motor económico de la región y abastece de frutas y hortalizas a buena parte de Europa. A diferencia de los sofisticados sistemas de automatización del norte europeo, aquí la producción se apoya en un sistema más rústico pero altamente eficiente gracias a una gestión racional del agua y los nutrientes.
Durante su exposición, la Dra. Gallardo explicó que actualmente el 100% de los invernaderos cuenta con riego tecnificado, aunque en la práctica muchos agricultores continúan aplicando agua y fertilizantes basados en la experiencia empírica. Frente a este desafío, el equipo de la Universidad de Almería desarrolló un sistema de apoyo a la decisión (DSS, por sus siglas en inglés), que permite planificar y ajustar de forma científica el suministro hídrico y la fertilización en función de las necesidades específicas de cada cultivo y cada parcela.
El modelo distingue entre el «manejo prescriptivo», que consiste en brindar recomendaciones anticipadas sobre riego y nutrientes, y el «manejo correctivo», que valida esas recomendaciones mediante mediciones directas en el suelo y en las plantas. La herramienta simula diariamente la producción de materia seca, la extracción de nutrientes y la evapotranspiración, suponiendo condiciones ideales sin restricciones hídricas ni nutricionales, como corresponde a un sistema de cultivo bajo invernadero que busca maximizar los rendimientos.
Actualmente, el DSS está calibrado para cultivos como tomate, morrón, melón, pepino, sandía, calabacín y berenjena en lo relativo al riego y al nitrógeno, y para tomate, morrón y melón en cuanto a fósforo, calcio y magnesio. El sistema, disponible de forma gratuita y completamente en español, proporciona valores de riego diarios o semanales, concentraciones recomendadas de macronutrientes cada cuatro semanas, y análisis interpretativos del suelo en caso de que el usuario proporcione datos.
El Mar de Plástico depende en un 73% de aguas subterráneas para su riego, pero estos acuíferos están siendo cada vez más afectados por la salinización, lo que ha motivado la construcción de dos plantas desalinizadoras que hoy proveen el 15% del recurso hídrico, mientras que el 9% proviene de aguas superficiales y el 3% de aguas residuales tratadas. El crecimiento del área cultivada está condicionado por esta limitada disponibilidad de agua, lo que refuerza la importancia de estrategias de uso eficiente como las promovidas por el DSS.
Sin embargo, la alta concentración de producción ha generado importantes impactos medioambientales. El uso intensivo de fertilizantes ha provocado una acumulación de nitratos en los suelos y aguas subterráneas, situación que obligó a la Unión Europea a imponer regulaciones más estrictas para proteger el recurso hídrico. A esto se suma la sobreexplotación de los acuíferos, que ha producido un descenso sostenido del nivel freático y un aumento progresivo de la conductividad eléctrica del agua de riego, lo que compromete aún más la sostenibilidad del sistema.
La Dra. Gallardo destacó que, además del uso de tecnologías de precisión, en la región es práctica común la incorporación periódica de estiércol, aproximadamente cada cuatro o cinco años, para mejorar las propiedades físicas y químicas del suelo. Esto complementa la estrategia tecnológica con una visión más integral del manejo de suelos.
Finalmente, la exposición subrayó el valor del trabajo científico al servicio de los agricultores. El sistema DSS no solo entrega recomendaciones técnicas, sino que también permite a los usuarios más avanzados acceder a datos como el coeficiente de cultivo, la transpiración de referencia o el balance global de nutrientes y agua utilizados durante todo el ciclo del cultivo. Así, Almería no solo lidera en superficie protegida, sino que avanza hacia un modelo de producción más eficiente y sustentable, que puede ser inspiración para otros países con desafíos similares.