El pasado sábado la segunda final se retrasó una hora por un problema que surgió con el reloj que marca los segundos. Más allá de la buena disposición de los árbitros capitalinos, hay que hablar del trabajo del cuerpo de neutrales presente en el Polideportivo, como el presidente Rodrigo La Greca, el vice-presidente Juan José Sequeira, el tesorero Gabriel P. Luzardo y el secretario Juan Bordenave, que en diálogo tanto con árbitros como con dirigentes de ambas instituciones buscaron solucionar el tema para jugar por respeto hacia el público presente.
La delegación de Nacional encabezada por Pablo Coumas entendía que no se podía jugar el partido, que se debía suspender. La delegación de Ferro Carril liderada por Luis Meirelles entendía que por la gente, incluido hinchas de Nacional, se debía jugar.
La solución fue que Sequeira en su auto fuera hasta la cancha de Juventus para conseguir los dos relojes que marcan los segundos, los que se instalaron al costado de la mesa de contralor.
Así pudo desarrollarse el espectáculo de forma normal por el bien de nuestro básquetbol.