miércoles 24 de abril, 2024
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El interior olvidado

Gustavo Varela
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Gustavo Varela

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Por Gustavo Varela
Si hay temas que son complicados en el manejo de los gobiernos, es la arbitrariedad o discrecionalidad que las autoridades tienen en muchos casos con el manejo de los recursos económicos. Es común encontrar que en períodos electorales los recursos están más orientados a la suerte de la reelección de los jerarcas, que a las necesidades de la población.
Es por eso que muchas veces se legisla en materia de distribución de recursos, limitando la voluntad de las autoridades, estableciendo preceptivamente el destino de los dineros públicos.
Fue el caso en la última reforma constitucional, donde se estableció una norma que establece la obligatoriedad por parte del Gobierno Central de transferir un porcentaje del ingreso a las Intendencias. Esas partidas hoy significan entre un 40 y un 60 % de los presupuestos departamentales. O sea, el Gobierno Central, está obligado a enviar ese dinero a los Gobiernos Departamentales, con lo que se atacó la desprotección que tenían los diferentes gobiernos del Interior, que se encontraban como rehenes del humor del Presidente de turno.
Esa misma situación de desprotección atraviesa el interior del Departamento de Salto. Las diferentes localidades rurales padecen el eterno problema de que los Intendentes no les devuelven ni cerca de lo que efectivamente les toca en recursos económicos, en relación con los diferentes impuestos que pagan y contribuyen a las arcas municipales.
Eso, en un departamento como Salto, que tan centralizado está, se potencia a límites insospechados, lo que hace que la inversión que las Intendencias deben llevar a cabo en dichas zonas nunca llegue ni en tiempo, ni en forma, pues se gastan esos recursos, por ejemplo, en el tan manido tema de los amigos del poder.
¿Cuál es la consecuencia de lo antedicho?
Caminos departamentales intransitables, puentes y alcantarillas deshechos, fletes que se aplican a la producción que son cada vez más altos pues las empresas transportistas, tanto de bienes como de personas, se cubren de los altos costos por roturas, Alcaldías sin recursos, infraestructura por el suelo, etc.
Llegamos al colmo de que no se pudo llevar a cabo un congreso mundial en un establecimiento modelo del Uruguay, ubicado en Salto, pues había llovido unos días antes, y los vehículos que son aptos para el barro, se temía que no pudieran llegar. ¡¡¡Insólito!!!
La irresponsabilidad que tuvieron para con los habitantes del Interior y para con la producción departamental los dos últimos Intendentes, (los gemelos “Horrible“ y “Espantoso”) ha sido de tal magnitud, que no es en vano, que desde 2007 el departamento de Salto, ha pasado desde el lugar 7 de desarrollo económico en el ranking del Uruguay al lugar 15 como lo establece el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve). Números tristes, que no hacen más que reflejar la manera dispendiosa con que han manejado los recursos de todos.
Hay una manera de revertir esa situación, y es colocar en los lugares de decisión a personas que son aptas para gobernar el departamento. El gobierno Nacional Multicolor encabezado por Partido Nacional ha hecho posible el sueño de tantos hombres y mujeres del interior del departamento, asegurando los recursos para construir la Central Hortifrutícola, lo que dará más independencia a la producción salteña.
Muchos hablaron y poco concretaron.
Es hora de la Intendencia.