Algo que no estaba previsto en la reunión del lunes en la Liga Salteña de Fútbol era que se decidiera no jugar tampoco en divisiones formativas, cuando la mayoría había expresado que era necesaria la actividad a este nivel.
Por eso hay preocupación desde los entrenadores, así como de los propios juveniles y sus padres, con esta situación.
Hay un planteamiento desde este sector para que los dirigentes reconsideren la posición de no jugar, entendiendo que se pueden dar las condiciones para sí hacerlo, aprovechando la ausencia de fútbol de primera división.
Entienden, además, que los chicos necesitan tener competencia, no tanto por ella misma sino porque a través del deporte se mantiene una disciplina de vida.
En ese sentido se ha percibido por parte de padres y del entorno de los jóvenes, que la falta de responsabilidades y obligaciones ha conllevado a un cambio de hábitos que no es bueno para ellos. El alcohol, las drogas sociales y el cambio de los horarios para ir a dormir y para levantarse más tarde, por ejemplo, son algunos aspectos que no deben dejarse al libre albedrío y el deporte es un eje manipulador en el buen sentido.
UN BORRADOR
Los entrenadores habían manejado un borrador de competencia para jugar un campeonato de formativas en tres meses. Este incluye la posibilidad de jugar en las mejores canchas, con los mejores árbitros y acatando y cumpliendo todas las medidas sanitarias que se dicten.
Por supuesto que su realización tiene costos económicos para los clubes, pero es intención encontrar las alternativas necesarias para que las formativas puedan jugar esta temporada. Para eso debe haber reconsideración.
