La industria frigorífica uruguaya cerró mayo con un endeudamiento con el sistema financiero uruguayo por US$ 334 millones (US$ 318 millones vigentes y otros US$ 16 millones vencidos) y puso fin a una miniracha de dos meses de caída, según se desprende de los datos que divulga el Banco Central (BCU). Abril había cerrado con un pasivo de US$ 329 millones, pero todavía se está unos US$ 14 millones por debajo del pico de US$ 349 millones de febrero.
Por su parte, la cartera de préstamos vencidos tuvo un incremento de unos US$ 700 mil y llegó a US$ 15,9 millones, marcando un nuevo máximo desde enero de 2019.
Varios frigoríficos uruguayos han acusado el impacto en el último medio año una ecuación compleja para la rentabilidad de su actividad industrial, que obedece tanto a factores domésticos (costos operativos altos respecto a la región -incluida la materia prima-) y algunas complicaciones puntuales con mercados relevantes como China y la Unión Europea
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