Hay cien mil personas aproximadamente que comen cada día gracias a que la sociedad civil se organiza y le da de comer en ollas populares y merenderos. Uruguay en estos momentos está teniendo un problema que se dio también en la crisis del 2002, al aumentar la cantidad de personas que comen en las ollas inversamente quienes apoyan con comida y dinero van viendo mermada su capacidad de apoyo, y algunas ollas cierran.
CAMBIO dialogó con Gonzalo Bandera, docente grado 3 y Licenciado en Trabajo Social, trabaja en la Unidad de Extensión de la Universidad de la República e integra el Grupo de Acción Universitaria para la Emergencia Social y Sanitaria de Salto (GAUESS), que ha sido una estructura de gran apoyo tanto en las ollas populares como para los sectores más desposeídos, así como también para la institucionalidad proveyendo información sintetizada de la situación social departamental.
Bandera comentó y analizó la situación y detalló el trabajo que realizan en el marco de la emergencia sanitaria: “Ahora estamos con actividades del segundo semestre e igualmente seguimos realizando los informes de las ollas populares, con la campaña de donación, atendiendo demandas puntuales que nos llegan, nosotros pasamos la demanda al CECOED o vemos lo que podemos hacer a través de nuestras redes”.
SOBERANÍA ALIMENTARIA
“La situación de la emergencia sanitaria y el surgimiento de las ollas populares nos interpela como sociedad y en el modelo de producción de alimentos. Somos un país que tiene la capacidad de generar alimentos para 30 millones de personas, y no garantiza la alimentación para 3 millones. Este no es un problema de disponibilidad sino que es un problema de acceso”.
Frente a la situación el GAUESS trabaja en torno a las huertas comunitarias: “En el mes de marzo se presentó un proyecto en un llamado que había en la Comisión Sectorial de Extensión, consiste en apoyar las iniciativas de huertas que se venían impulsando. Nosotros lo que hicimos fue tratar de articular lo que venía haciendo la comuna y sumar nuestro trabajo. Este proyecto se está llevando adelante de una buena forma, el objetivo es brindar herramientas a la población para que en momentos de crisis a futuro puedan generar su propio alimento y complementar con eso la dieta diaria”.
INFORMACIÓN SISTEMATIZADA
El GAUESS ha sido de gran apoyo para obtener información: “Sistematizamos la información, y todas las actividades que se realizaron. Se armó un proyecto grande de extensión para mapear y trabajar con las experiencias que hay en Artigas, en Salto, en Paysandú y en Río Negro, experiencias de ollas populares, huertas comunitarias y otras experiencias solidarias”. La idea es generar un grupo especializado en trabajo en emergencias e integrado al CECOED.
“La ollas vienen en disminución, nosotros estamos trabajando en analizar si esta disminución se debe a que faltan donaciones, si la gente se ha agotado luego de cuatro meses de trabajo de sostenerlas. Queremos ver qué es lo que pasa cuando una olla se cierra. Tenemos casos en los que en las ollas en determinadas zonas aumenta la demanda de porciones y hay otras zonas en las que no. pretendemos conocer la correlación entre las ollas y la necesidad”.
“El surgimiento de este fenómeno de las ollas es un hecho espontáneo y una reacción de atención a la emergencia desde los sectores populares. Nos preguntamos porque una olla y no otra cosa, una de las respuestas que encontramos trata de una memoria de los sectores populares, una forma de respuesta clásica digamos. Si bien es espontánea tiene una memoria o se proyecta hacia cosas que pasaron en el pasado.
Es un movimiento muy grande, tenemos cerca de 600 ollas en el país. En Montevideo se armó una coordinadora de ollas, acá hay una idea de hacer una experiencia similar. Está bueno que las ollas garanticen la alimentación en respaldo del Estado, acá en el departamento la Intendencia, el MIDES y el CECOED están trabajando re bien sobre el tema” culminó Bandera.
