jueves 25 de abril, 2024
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Huerteros de Salto se unen para cambiar la cultura de la alimentación y la agroproducción en los hogares

Por Karina De Mattos.
Existe un movimiento que crece día a día en Uruguay, el de las huertas comunitarias y la producción agroalimentaria en los hogares. La emergencia sanitaria por coronavirus ha agravado la situación de acceso a la alimentación de los uruguayos y el modelo ha tomado fuerza.
CAMBIO dialogó con Ivana Bolazzi, trabaja en Facultad de Agronomía como docente grado 1 y en la Unidad de Extensión y también integra el Grupo de Acción Universitaria para la Emergencia Social y Sanitaria (GAUESS).
-¿Que traen como novedad las huertas comunitarias al departamento y al país?
-En realidad no es nuevo para nosotros porque ya desde Facultad de Agronomía en el año 2002 a raíz de la crisis económica que se daba en el país en ese momento se generó toda una movida muy concentrada en el sur del país de demanda en relación a la alimentación y la búsqueda de alternativas para cargar la olla. Se generó un trabajo con la comunidad en torno a las huertas comunitarias. Luego que la crisis fue pasando y se comenzaron a generar otros vínculos, y todo ese trabajo culminó en lo que es hoy en día el programa de huertas escolares que lleva adelante la Facultad de Agronomía con ANEP y otras vinculaciones.
-¿Existe una estructura a nivel país dedicada a las huertas comunitarias?
-En realidad previo a la pandemia ya había toda una movida relacionada a la soberanía alimentaria, a las huertas comunitarias, e inclusive ya existía una red de huertas comunitarias y la red de agroecología a nivel nacional que vincula todo esto de la agricultura urbana como le llamamos nosotros. Refiere a la producción de alimentos, o las huertas familiares en espacios urbanos.
La emergencia sanitaria y la compleja situación de muchas familias uruguayas generó una demanda acentuada y todas esas redes y vínculos que se venían generando en espacios comunes de los colectivos se fueron potenciando cada vez más. Todo esto relacionado con los referentes de ollas populares y merenderos. Ante la disminución de ollas populares se está viendo de buscar alternativas a la sustentación de una vianda o la alimentación diaria de determinadas poblaciones. Asimismo generar esto de autoabastecerse. Si bien todos los programas relacionados con Facultad de Agronomía, la Red de Agroecología y la Red de Huertas Comunitarias están muy asociadas a lo que es la producción más sustentable o agroecológica.
-¿Existe un análisis respecto a la producción agroalimentaria en los cinturones alrededor de la ciudad de emigrantes de la zona rural a la urbana?
-Creo que es una cuestión cultural, más que de falta de herramientas o técnicas, o una tecnología que se aplique, más bien es una cuestión cultural. Soy descendiente de italianos que se radicaron en el campo y la ciudad, y existe una conexión con la tierra y la producción de alimentos que venía muy arraigada. Eso se fue transmitiendo de generación en generación. El área urbana quedaba exenta de eso. En un momento en el que en realidad el sistema de consumo y la forma de vida empezó a cambiar y empezó a perder esas cuestiones.
-¿Como sociedad se retorna a modelos de producción más amigables?
-Es lo que sucede hoy, en el hacer una huerta. Para hacer una no es necesario tener una gran extensión de tierra, no implica un espacio grande, una maceta puede ser una huerta, o un recipiente que reciclo y en donde logro producir algún vegetal ya es una huerta. Esa concepción agroecológica no es únicamente productiva agropecuaria, tiene toda una connotación cultural, nutricional atrás que ha sido transmitido de generación en generación. Ahora se están dando estas cuestiones de replantear esta cultura, por una cuestión de urgencia pero que ya venía con antecedentes de hace diez años ‘por lo menos entre las comunidades y las instituciones que quieren promover.