martes 19 de marzo, 2024
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El RCEP podría perjudicar a Uruguay por el aumento de la eficiencia comercial intra-bloque

El domingo 15 de noviembre se firmó la creación del acuerdo comercial más grande del mundo: la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés). El acuerdo de libre comercio involucra a 15 países: los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunéi, Vietnam, Laos, Birmania y Camboya), China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Estos países representan 30% de la población y 30% del PIB a nivel global.
En este sentido el economista Álvaro Pereira Ramela, técnico en el área de inteligencia de mercados de INAC, realizó un análisis de dicho acuerdo y su impacto en los negocios de nuestro país, principalmente la carne vacuna.
En términos de comercio de carnes, los miembros del RCEP representaron 21% de las exportaciones mundiales, sumando carne bovina, porcina, aviar, ovina y menudencias bovinas en valor en 2019. Los principales exportadores fueron Australia y Nueva Zelanda, que en conjunto representaron 89% de las exportaciones del bloque de todas las carnes. Por el lado importador, el RCEP absorbió el 50% del flujo comercial internacional en valor de estos productos. China, Japón y Corea del Sur fueron los principales importadores, representando 88% de las importaciones del bloque en valor.
La carne bovina fue la más comercializada por los miembros del RCEP. En 2019, sus exportaciones representaron 26% del comercio global y sus importaciones el 48%: esto equivale a un flujo comercial de 10 mil millones y 17 mil millones de dólares respectivamente. Cabe mencionar que el 17% del comercio mundial de carne bovina tiene lugar entre los países miembros del bloque. Esta cifra es de 40% para la carne ovina.
A pesar de las dimensiones del RCEP, son varios los acuerdos comerciales preexistentes entre los países que lo conforman. La novedad sería el comercio preferencial entre Japón, China y Corea del Sur, dado que el resto de los miembros del RCEP ya tenía algún tipo de tratado previo. Aun así, este cambio no afecta sustancialmente al comercio de carne bovina, ya que los tres países mencionados anteriormente no tienen flujos comerciales significativos entre ellos.
Esto relativiza el impacto que el nuevo acuerdo puede tener en el comercio internacional. Según The Economist, de los 2,3 billones de dólares del comercio de bienes que tuvo lugar en 2019 entre los miembros del actual acuerdo, el 83% estuvo cubierto bajo algún acuerdo comercial preexistente. En términos arancelarios, aunque se prevé la eliminación del 90% de los aranceles existentes, su materialización se dará en un período de 20 años después de que los quince miembros ratifiquen el acuerdo. Además, se espera que el impacto en términos de acceso arancelario sobre el comercio de bienes agropecuarios no cambie sustancialmente. Por ejemplo, Japón mantendrá un alto nivel de proteccionismo a la importación de alimentos, como arroz y carne bovina y porcina.
El potencial impacto de este nuevo acuerdo radica en la homogeneización de las reglas de origen para todos los países miembros del bloque. Esto implica que se necesitará sólo un certificado de origen para comercializar en la región, salteando procesos de ajuste a las diferentes reglas de origen de cada importador particular. Además, habrá una simplificación de los procesos aduaneros, que aumentará la velocidad de despacho de bienes perecederos dentro de las seis horas siguientes al arribo.
El RCEP visto desde Uruguay
En la medida que no hay reducciones adicionales de aranceles para la exportación de carne australiana y neozelandesa, este acuerdo no significa un perjuicio adicional a las exportaciones de carne uruguayas.
En términos no arancelarios y de facilitación del comercio, el RCEP podría perjudicar a las exportaciones de carne bovina de Uruguay por el aumento de la eficiencia comercial intra-bloque. En especial, la flexibilización de los procesos previstos podría reducir los costos de exportación de Australia y Nueva Zelanda, aumentando la brecha de costos de los exportadores fuera del acuerdo. Este fenómeno podría ser especialmente notorio en relación a los países de ASEAN. Por su parte, Uruguay cuenta con relativa poca experiencia exportando a dichos mercados. Actualmente menos de 1% de las exportaciones de la cadena cárnica van a esos países. Otro hecho saliente es que no contamos con acuerdos comerciales con ningún país firmante ni habilitación sanitaria para exportar a la mayoría de los miembros de ASEAN.