viernes 19 de abril, 2024
  • 8 am

La marca del «20vete»

Gisela Caram
Por

Gisela Caram

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Por Ps. Gisela Caram
Casi cerrando el 2020, a diferencia de otros años, hoy solo me sale una reflexión.
En marzo de este año, nuestras vidas cambiaron. Todos nos vimos afectados por la pandemia. Y esto es la gran «marca» que da cuenta de una serie de cambios sociales, culturales, económicos y, un antes y un después. Ya nada volverá a ser como antes.
Veíamos a través de las redes, los informativos, como el mundo se hundía en desesperación por la cantidad de gente que enfermaba, moría y los escasos recursos con que se contaba. Era poco lo que se sabía al comienzo, y los sistemas de salud, no podían absorbera los ciudadanos de sus pueblos por el alto nivel de contagio del virus.
El saber que los virus pasaban de los animales a los humanos y nuestros cuerpos no tenían inmunidad, nos generó una gran vulnerabilidad.
Parecía una pesadilla de la que íbamos zafando bastante bien, quizás por ser menos, por ser más cautelosos, o responsables. . .
La gente en Uruguay, si bien al principio tenía miedo, el ver el control cauteloso del sistema de salud, fue afianzándose.
Al igual que los que subieron al «Titanic», supusieron, nada destruiría este barco…
Pero nuestro barco no es diferente, nuestra sociedad, no vivió el confinamiento obligatorio de otros países, el barco quedó parado en un muelle donde todos podían abordar…
Si todos nos subimos y aglomeramos en el mismo barco, no va a haber salvavidas para todos.
El viaje esta vez, es elegir si subir o no: el barco, es la fiesta clandestina, el descreimiento de «queno me va a pasar», o «si me pasa, no va a ser más que una gripe».
Y los demás?Los que tienen otra enfermedad y esto significa un riesgo mayor de vida?
La negación, la necesidad de lo social, llevan a que la abstinencia, la espera, la no distancia, el saludo afectuoso, sea más que una necesidad, un no saber decir NO.
Todos tenemos la posibilidad de subir a un barco que va lleno. La tentación es inherente al ser humano.
Pero está en cada uno, ELEGIR si hacerlo o no.
Habrá otros barcos, otros muelles, otros momentos.
Nuevas realidades en la nueva normalidad, situaciones que nos afectarán social, cultural, económicamente, y no es futurología, es solo ver los cambios que ya han comenzado a darse.
Algunos pocos saldrán beneficiados, y la gran mayoría, a nivel mundial, sentirá el inicio del siglo XXI, recién ahora.
Este no fue un año más, por más optimistas que seamos, asumir las angustias que conllevan los cambios, y la gran pregunta que debería surgir en cada uno ¿seremos capaces de gestar nuevos sentidos? ¿Podremos explorar nuestros propios recursos…?
Quizás este sea uno de los pasos primeros que haya que dar, antes de ir hacia el muelle, subir al barco, parar para pensarme…
*Especialista en Vínculos