viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

¿Quién fue Giuseppe GARIBALDI y qué hacía en Salto?

Dr. Pablo Perna
Por

Dr. Pablo Perna

142 opiniones

Por el Dr. Pablo Perna.
En Uruguay de 1838, el Presidente MANUEL ORIBE es vencido por FRUCTUOSO RIVERA en la Batalla del Palmar, por lo que renuncia a la Presidencia y se refugia en Buenos Aires, bajo la protección del Dictador Juan Manuel de Rosas. Rivera convoca a elecciones y es electo por segunda vez Presidente de la República. El Dictador argentino no reconoce su autoridad, por lo que considera como legítimo Presidente a Oribe, por lo que lo apoya militarmente para que invada nuestro territorio y restaure su autoridad.
Comenzaba lo que se denominó la «Guerra Grande»; Oribe ingresa con tropas integradas por porteños y orientales y acampan a las afueras de Montevideo, sitiando la ciudad durante 8 años; en ese tiempo no existieron ataques frontales, sino simplemente la permanencia de dos Gobiernos que se miraban frente a frente; el «Gobierno de la Defensa» liderado por Rivera, y el «Gobierno del Cerrito» liderado por Oribe.
¿Qué sucedía en Salto?; en toda la campaña ambos bandos se disputaban el territorio, por lo que nosotros no éramos la excepción. En 1940 las fuerzas de ROSAS ocupan Salto, quedando al mando Manuel Lavalleja, quien había sido uno de los «33 Orientales». RIVERA procura conquistar nuevamente Salto, por lo que encomienda esa misión a Garibaldi.
¿Quién era GARIBALDI?; había nacido en Italia en 1807, y desde muy joven con 20 años, se suma a la revolución italiana para lograr la unificación; siendo aplastada su revolución el Rey lo condena a muerte por lo que escapa, refugiándose en 1835 en América del Sur. Aquí participa en la revolución contra el Imperio de Brasil, donde conoce con 28 años a quien sería ANITA GARIBALDI, brasilera de 18 años, que había sido casada por imposición con un rico ganadero. ANITA se enamora de GARIBALDI, por lo que se mudan al Uruguay, único país que reconocía el Divorcio, casándose aquí en segundas nupcias. ANITA acompañaría en todas sus luchas a Garibaldi, hasta que ella muere estando embarazada, cuando se escapaban de las fuerzas papales en Europa.
En Salto predominaban los rancheríos, casas de adobe y paja y unas pocas de material frente a lo que es hoy la «Plaza 33», que servían como murallas fortificadoras ante ataques. Oribe ordena a Lavalleja ante la eventualidad de la derrota, que obligue a los vecinos de Salto a retirarse del pueblo y destruir todas las fortificaciones existentes. El pueblo siendo simpatizantes a los ideales de Rivera y Garibaldi, se oponen a la orden dictada, quedando librados a su suerte. GARIBALDI, en una jugada astuta, con muy pocos hombres, derrota a Lavalleja, por lo que éste se ve obligado a huir de la ciudad. Garibaldi ante festejos del pueblo, reconquista Salto.
Oribe negándose a perder la ciudad, unifica fuerzas con Rosas, sumándose el batallón Patricios de Buenos Aires, comandadas por Servando Gómez, veterano militar, reuniendo a más de 1.200 soldados, contra 300 legionarios de Garibaldi.
El 9 de febrero de 1846 chocan ambos ejércitos a las afueras de la ciudad, en el arroyo San Antonio, donde Garibaldi con sus pocos hombres, cuyo uniforme característico eran sus camisas rojas, logran impedir el asedio a Salto, saliendo victoriosos de la batalla; por sus proezas el Presidente lo asciende de Coronel a General, cargo que no acepta.
En 1848 regresa a Italia y sigue luchando al grito de «¡Roma o muerte!», por la unificación de su país, la que logra luego de muchos sacrificios, por lo que hoy es reconocido por todo el mundo como uno de los «padres fundadores de Italia». Hasta Abraham Lincoln, cuando Garibaldi se encontraba en Nueva York lo invito para participar en la guerra civil estadounidense, la que desestimo.
Al conmemorarse el 8 de febrero un aniversario más de la gloriosa batalla de San Antonio, que permitió acrecentar su prestigio y leyenda, es que le brindamos este pequeño homenaje al llamado «héroe de los dos mundos», por sus grandes conquistas en América y Europa, donde Salto ha sido testigo privilegiado de ello.