Por Juan Carlos Ambrosoni
Esa grieta que no nos representa, atípica para nosotros, que la vemos en Argentina sin ir muy lejos, esa fisura que nos podría hacer vernos los unos a los otros como buenos o malos, donde lo político pasa a ser personal. Las diferencias naturales que reinan en las sociedades democráticas entre los pares se transforman en abruptos choques, confrontaciones que nos transforman en menos tolerantes, y una comunidad carente de condescendencia no puede esperar más que una división social aún mayor.
Hemos visto que en el último año el Uruguay se ha mancomunado por obvias razones, sin embargo también testiguamos como las fricciones provenientes desde distintos partidos han traspasado en alguna que otra ocasión los límites del juego político o se han entrado en contradicciones. Opositores al gobierno pidiendo estar en la mesa para aportar y en simultáneo están incitando marchas, o el presidente mostrándose abierto a quienes estén dispuestos a ayudar pero al mismo tiempo sacude el avispero preguntando que es la oposición y quiénes son. Todo esto es parte de la dinámica de la arena política, aunque en algún momento el tan anhelado dialogo por unos y otros se tenía que dar, porque así lo marca nuestra tradición y responsabilidad.
Es por eso que celebro que el pasado martes los Intendentes que tiene el Frente Amplio (FA) en el país (Carolina Cosse por Montevideo, Yamandú Orsi por Canelones y Andrés Lima por Salto) se hayan reunido a platicar con Lacalle Pou sobre diversos asuntos de la pandemia y que además, han acercado cada uno de ellos sus respectivas propuestas e inquietudes. De esto se trata la política, de construir juntos. Son estas las acciones que dignifican y enaltecen a la actividad. En un escenario donde hay constantemente roces entre el oficialismo y la oposición, las tres nuevas figuras del FA obtuvieron lo que los más experimentados dentro de la fuerza no han podido, y no solo que no han logrado o siquiera intentado, algunos canalizaron sus frustraciones en lamentables declaraciones como fue el caso del Ex Senador Michelini o la desorientada petición de renuncia del ministro de salud por parte del diputado Felipe Carballo, por dar un par de ejemplos.
Fue, es y será la interacción humana la mejor herramienta para lograr los mejores resultados para todos, es un capital muy valioso que puede tener alguien, y en estos casos, un dirigente político.
Ah! Y ya que he nombrado a Andrés Lima que no se me pasen un par de cosas. Abramos los ganchos para que en un futuro no nos sorprenda, sabemos que comenzó a trabajar en el norte por su partido, zona junto al resto del interior que el FA subestimó los últimos años. Agrego también, parece ser el más coherente entre los suyos, diferencia lo que está bien hecho y lo que no en cuanto a nivel nacional y no anda criticando porque si, dentro de tanta radicalidad en filas izquierdistas, emerge un perfil distinto y moderado. De nuevo, el centralismo interpartidario no los hace notar que en la otra punta del país va en camino alguien que va a dar que hablar.
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