martes 19 de marzo, 2024
  • 8 am

Ejemplos de nada

Gustavo Varela
Por

Gustavo Varela

162 opiniones

Por el Esc.
Gustavo Varela.
Se sabía que el momento, aunque costara, llegaría.- Que iba a demorar, pero que inexorablemente el mismo iba a irrumpir y demostraría, no donde estaba la verdad, porque en esto la verdad no está de un solo lado, pero sí que el camino tomado era el correcto, aunque el más difícil de sostener.
El domingo se desarrollaron elecciones en la República Argentina, y el actual gobierno de nuestra hermana nación, comandado por Cristina Kirchner y encabezado por Alberto Fernández, recibió una derrota histórica, tanto, que a este momento, tambalea el mismo, no por la oposición política, sino por el fuego “compañero” kirchnerista.
Basta recordar, que en el Uruguay, en el peor momento de la pandemia, existieron muchos grupos corporativos de presión, que en diferentes ámbitos, exhortaban a emular el sistema sanitario-económico, que llevaba a cabo el gobierno argentino, tanto es así, que uno de los precandidatos del Frente Amplio, catalogaba como “Clase A” al Presidente Argentino, para diferenciarlo del Uruguayo, o como la hija de un ex ministro de economía que en las redes sociales publicaba frases como “adoptame Alberto” para indicar que se quería ir a vivir a Buenos Aires.
Tuvieron el tupé, de criticar al gobierno uruguayo, por no aceptar que Alberto Fernández nos consiguiera las vacunas, que decían no podíamos conseguir como país, para salvar la vida de nuestros conciudadanos, y los gremios de la salud enjuiciaron duramente por no seguir el ejemplo argentino de llevar a cabo un toque de queda para no permitir a la gente salir de los hogares a trabajar y seguir sosteniendo la economía.
Cuántas veces arremetieron porque el gobierno uruguayo no hacía como el argentino que daba la “renta básica universal” así se podía paliar el “hambre” de la gente, decían.
Fueron cómplices silenciosos, cuando los primeros en recibir las vacunas en nuestro hermano país eran los “amigos militantes” del mismo signo político.
Todo eso que sucintamente he relatado, y muchas otras cosas que hoy he olvidado, fue lo que la izquierda nacional quería que se repicara en el Uruguay, pues era la estrategia “exitosa” de nuestros hermanos, y que por capricho del gobierno, no se quería transitar ese camino.
De haberles hecho caso, hoy tendríamos un País en llamas, sin dinero, económicamente asfixiado, con un aparato productivo destrozado, y con nubarrones en el horizonte, que pronostican una tormenta que se viene acercando.
No fue fácil como muchos creen sostener el concepto de “libertad responsable”, pues contra un relato fantasioso, es muy difícil sostener el rumbo, cuando se precisa tiempo, para demostrar lo contrario.
El único recurso que se tiene, es mantener la fe en que el rumbo que se eligió es el correcto, aun cuando los resultados tardan en llegar y se sentía la muerte picar sus balas cerca.
Hoy podemos estar satisfechos de que lo que se eligió era lo correcto, mas, no hay que dar la batalla por ganada, hay que seguir alerta, pues el enemigo es poderoso y no hay que darle un metro de ventaja.
El pueblo argentino castigó el populismo irresponsable, que perjudicaba a los más débiles, aunque con el relato nos decían lo contrario.
A seguir alertas, actuar responsablemente es el norte del camino, sin caer en la tentación de esos cantos de sirenas que aparentan ser muy lindos en sus melodías, pero que terminan siempre desafinados.
Los vas a ver regalando todo lo que está a su alcance, pidiendo siempre más, y haciendo siempre “nada”, porque según dicen los adversarios no los dejan gobernar.
Esos, si los seguís dejando, nos llevan a la ruina.