Por Juan Carlos Ambrosoni
Gobernaba Jorge Batlle cuando en 2004 se da un hecho histórico para la vida cívica del Uruguay, la izquierda a través de una votación fantástica asciende al poder por primera en la historia del país. El Frente Amplio, aquél partido fundado en 1971 por el General Líber Seregni que acumulaba a los socialistas, comunistas, demócratas cristianos y demás corrientes que hasta hoy integran dicho bloque luego de 33 años se hacían de la confianza ciudadana de los orientales. Tres sucesivos periodos al mando del Ejecutivo, donde muchísimas cosas notables se hicieron, pero que en otras tantas exhibieron flaquezas. En razón de estas últimas es que se abrió una ventana de oportunidad para la oposición qué, comprendiendo muy bien que si no era en conjunto el éxito quedaría nuevamente en manos oficialistas, se mancomunó en una sólida y trabajada coalición para dirigir a los uruguayos hacia una nueva etapa.
El 24/11 de 2019 los ciudadanos fuimos a las urnas, previamente habiendo acontecido el mismo acto pero en octubre, donde todos las colectividades marcaron su proporción electoral representada en el Poder Legislativo y luego en el Ejecutivo cuando aquel definitivo domingo de noviembre el pueblo ante la dicotomía del continuismo y el cambio optó por este último –por un corto margen de poco más de 30.000 sufragios-, dándole así a Luis Lacalle Pou la responsabilidad de presidir nuestro país.
Dos años de aquella jornada, dónde Blancos, Colorados, Cabildantes, del partido de la gente e independientes impulsaron lo que este exitoso Gobierno Nacional. Esta cohesión traspasó la palabra y fue documentada en el conocido “Compromiso por el País”, un plan de acción hecho en conjunto que tiene como objetivo lograr las metas trazadas para el primero de marzo de 2025, día que será de transición entre una administración y otra.
Nuestro jefe de Gobierno y de Estado “”armó el cuadro””, Ministros y futuros directores y subdirectores conforman el plantel, que al treceavo día de gestión le cayó un baldazo de agua fría, el COVID se instalaba en el territorio nacional. El suspenso y paranoia reinaban entre los compatriotas que veían en el virus que emanaba de China un enemigo injusto y mortal que sembraba preocupación y miedo. Sin embargo ahí es donde nace la mesura que la Coalición demuestra tener desde aquella jornada hasta hoy, que a gran pesar de todas las víctimas que se llevó la pandemia pudo mantener de pie y hacer funcionar al Uruguay.
Aquel cambio que los escépticos creían y difundían que nos haría tambalear, caminar por la cornisa o recortar nuestros derechos fue el mismo que hoy nos garantiza hace mucho ya una vida normalizada en un contexto internacional muy diferente al que vivimos, nos brinda mejor educación y muchísima más seguridad, y qué a pesar de todas las circunstancias, cumple con creces lo que se propuso en la campaña de 2019. Pese a las particularidades que trae aparejada una pandemia podemos argumentar que esta administración es solida y con la aprobación de la mayoría de los individuos, fiel reflejo de que se están haciendo bien las cosas, y lo que bien hecho está no se tocará.
