viernes 22 de noviembre, 2024
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Partido Colorado y Nacional en conflicto por traiciones

Dr. Pablo Perna
Por

Dr. Pablo Perna

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Por el Dr.
Pablo Perna
El 18 de julio de 1830 se jura la primera Constitución de nuestra República y la Asamblea General por mayoría de sus representantes elige a Fructuoso Rivera como nuestro primer presidente, tenía 46 años. Un caudillo de muchas batallas, pasaba gran parte de su tiempo en la campaña dejando el Gobierno en Montevideo en manos de cinco doctores de su confianza, quienes eran llamados los “cinco hermanos”. Al finalizar su Gobierno Rivera promueve como futuro presidente a Manuel Oribe, quien había tenido durante su Gobierno grandes beneficios, permitiéndole escalar en su carrera militar, pasando de Capitán de Puerto a General y Jefe de Estado Mayor, para culminar previo a la presidencia en Ministro de Guerra y Marina.
De esta manera Oribe es votado por la Asamblea General en marzo de 1835 como segundo presidente de la República, tenía 42 años. Rivera pasa a ocupar el cargo de Comandante General de la Campaña. Al poco tiempo Oribe toma resoluciones que afectan los intereses de Rivera, primero le otorga amnistía a personas vinculadas a Lavalleja que se habían sublevado en el Gobierno de Rivera, luego se promueve una investigación parlamentaria de 174 presuntas irregularidades de su administración, y la gota que rebasó el vaso es que Oribe el 9 de enero de 1836 cesa en el cargo de Comandante General de la Campaña a Rivera, quien fue sustituido en ese cargo por el hermano de Oribe, Ignacio.
En ese caldo de cultivo de traiciones, Rivera se subleva contra el Gobierno de Oribe, por lo que este último por Decreto de agosto de 1836 obliga a todos la población civil y militar la utilización de un distintivo blanco que diga “Defensores de las Leyes”; el que no los utilizaba era considerado cómplice de la rebelión de Rivera.
Los partidarios de Rivera en repuesta al decreto de Oribe, adoptaron el distintivo de color celeste, por el color de la escarapela, pero como en el campo de batalla podían confundirse en virtud que el celeste se desteñía y se tornaba blanco, se adoptó el color rojo, confeccionando vinchas con los forros de los ponchos y chiripas. De esta manera lo que había comenzado como una guerra entre dos líderes culmino en lo que se denominó la “Guerra Grande” y la formación de dos partidos políticos de los más antiguos del mundo.
El 19 de setiembre de 1836 se enfrentaban en batalla por primera vez los dos bandos, el de Oribe y Lavalleja que llevaban vinchas blancas y el bando de Rivera, que usaban vinchas coloradas, dándose el encuentro en el departamento de Durazno, en las costas del arroyo Carpintería. Es aquí entonces la fecha donde se marca el nacimiento del Partido Blanco y el Partido Colorado.
En la batalla triunfó el Partido Nacional, pero la revancha se jugó en Paysandú, en la batalla de Palmar, el 15 de junio de 1838, donde las fuerzas del Presidente Oribe sucumben ante las fuerzas de Rivera. El presidente acorralado por su derrota en el campo de batalla, en octubre de 1938 renuncia y huye a Buenos Aires buscando la protección del Dictador Rosas; el dictador lo protege y lo reconoce como Presidente legal del Uruguay. En Uruguay, Rivera asume por segunda vez la presidencia en marzo de 1839.
Los hechos históricos que vinieron con posterioridad fueron de batallas perdidas y ganadas para ambos partidos recién fundados, las que perduran hasta nuestros días; pero la pregunta que surge y alimenta nuestra curiosidad es la siguiente: ¿Qué hubiese sucedido si Oribe no traicionaba a Rivera, las divisas hubiesen existido de todas maneras?
En otras columnas contaremos de cómo fueron las muertes de ambos caudillos, padres fundadores de nuestras divisas partidarias. Pero hoy, al conmemorase este lunes 19 de setiembre de 2022, 186 años de la fundación de los partidos políticos fundadores del Uruguay, queríamos recordar estos episodios históricos en la columna de los viernes.