jueves 30 de enero, 2025
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Uruguay, una economía con rezago

Estudio Signorelli & Altamiranda
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Estudio Signorelli & Altamiranda

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Joaquín Forrisi
¿Es Uruguay un país pobre? Lo cierto es que en el concierto internacional no somos un país pobre, y en América Latina tenemos de los ingresos per cápita más altos. Sin embargo, hacia 1870 Uruguay tenía un ingreso per cápita similar al promedio de las 4 potencias de la época, Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido. Casi 150 años pasaron y Uruguay ha perdido pie, pasando a un ingreso promedio cercano al 40% respecto al de esos mismos países. En tanto, países como Finlandia, partieron en 1870 de ingresos que eran la mitad que los de los 4 países centrales y hoy tiene un ingreso per cápita similar a estos.
Durante estos 150 años el país se ha distanciado de las economías de mayores ingresos del mundo, incrementado la diferencia entre la calidad de vida de sus habitantes. Hace algunas semanas, autoridades del oficialismo manifestaron que Uruguay estaba próximo a un PBI per cápita de U$S 20.000 por habitante algo inédito en la historia del país. Algo similar se había manifestado en el anterior oficialismo en 2017 cuando se declaró “Uruguay creció y alcanzó la categoría de país de renta alta, muy por encima de sus vecinos”. Sin embargo, la percepción general de la población dista de que Uruguay sea un país de renta alta o esté en la gatera para ingresar en el selecto grupo de países de ingresos altos.
La diferencia entre en el bajo crecimiento económico nacional en comparación con las altas tasas de crecimiento de las economías centrales es conocida en la literatura cómo rezago. El rezago tiene diferentes causales según la escuela del pensamiento económico de cada autor. Sin embargo, existe relativa concordancia entre los autores es que el agotamiento de la productividad de la pradera natural hacia inicios del Siglo XX estancó el crecimiento económico y la economía no encontró otro sector que le diera dinamismo mediante altas tasas de productividad.
Uruguay tiene un problema estructural, un informe del Consejo Fiscal Autónomo del MEF estimó que la tasa de crecimiento de largo plazo de la economía uruguaya es próxima a 2,1%. Esta tasa de crecimiento difícilmente pueda financiar las demandas sociales así cómo mantener servicios de calidad de un estado de bienestar con protección social y donde Uruguay tiene grandes desafíos, por citar algunos: 21% de pobreza infantil, bajo egreso en secundaria y sectores urbanos excluidos de los servicios públicos más básicos, entre otros.
Hay un concepto que debería tener más protagonismo en la agenda de políticas públicas y este es productividad. La productividad entendida cómo la capacidad de producir más mejorando la organización de los factores de producción. Mayor productividad es condición necesaria, aunque no suficiente, para mayores salarios. Para incrementar la productividad no basta con una macroeconomía ordenada, que sin dudas es relevante, requiere del diseño y ejecución de una agenda de reformas micro y maso-ecómicas que genere incentivos reales a incrementos de productividad.
Es difícil lograr mejorasen términos de Pareto, en donde se logra mejorar la situación de una parte de la sociedad sin perjudicar a otros, pero incrementos significativos de productividad, que permitan que el total de la economía crezca, mejorará la probabilidad de lograr mejores salarios y por ende mayor bienestar.
Los primeros apuntes de esta nota tienen fuente en el libro Economistas, Economía y Política de Adolfo Garcé y Javier Rodríguez Weber, recientemente editado, que es de amena y recomendable lectura.