viernes 19 de abril, 2024
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Corazones solidarios

Gerardo Ponce de León
Por

Gerardo Ponce de León

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Por Gerardo Ponce
De León
Muchas veces pienso que hechos muy importantes no dejan de ser usados como una “bomba de humo” y sería para mí el caso del mundial de fútbol o la guerra en Ucrania. Nadie le da la importancia que le corresponde a hechos que han sucedido o suceden en el mundo ya que estos “tapan” a pequeños grandes casos, sin dejar de darle -de parte de uno- lo que los grandes casos dejan como secuelas. El campeonato o la guerra, las migraciones o las sequías y tantos muchos hechos que a diario suceden. Quien va a hablar del niño de 8 años que muere en Paraná, capital de la Provincia de Entre Ríos, Argentina, atropellado por un camión que lleva y vuelca su basura y no ve al niño buscando su sustento diario entre los desechos. Lo tapa el mundial. El hambre de seres humanos, que mueren del mismo. Lo tapa la guerra. Y así tantos problemas de los seres humanos en el mundo.
Pero creo que no se tiene que ir muy lejos, basta con levantar un poco nuestra mirada, no dejar de ver hasta lo que nuestra nariz nos permite si no levantar nuestra mirada y ver lo que nos rodea. Capaz que nos asombremos de lo que vemos y no queríamos ver. Todos somos iguales, hay excepciones y estos son los ejemplos de los que escribí el miércoles pasado. En el correr de la semana pasada me llaman para pedir ayuda por un caso de una mujer de 21 años, que está en Montevideo con su marido o compañero (no viene al caso) y sus dos hijos, el mayor de 4 años. Ella se encuentra con un problema de salud, por eso requieren la ayuda de quienes le pueden hacer. La familia está buscando medios económicos para poder mantener a la familia más allegada, junta en la capital.
¿Quién lo tapa? Simplemente nuestro egoísmo, el que no se hace nada porque no se sabe, lo peor de todo que no es el único caso de este tipo que sucede en el mundo. Esta muchacha de 21 años, espera la llegada de un médico del exterior para hacerse el tratamiento, ya que por lo que sé, es complicado. Usted me dirá ¿cómo puedo ayudar? Y acá corre algo que se llama confianza en quien les escribe. Sé que se pueden preguntar ¿quién soy? No tengo ningún problema de hacer algo transparente, de llevar algo público, con el pedido del anonimato, si me lo requieren, o dando solamente el nombre de quien la ayuda. Sería una forma de mirar a otro ser humano que requiere su colaboración. También es otra forma de ver al otro, dejando su dirección en las oficinas de CAMBIO, Brasil y Viera, después voy por la casa del donante y dejo un recibo. Cualquier forma de ayuda se acepta, dado que realmente se necesita y no tienen forma de llegar a la gente para que se conozca el caso.
Es un caso de confianza, que no se puede dejar “tapar” por una, de las tantas bombas de humo, que hasta nosotros sufrimos. Todos podemos, de la forma que me quede mejor, colaborar. Al escribirles a ustedes me doy cuenta que sé que está en Montevideo, pero no se en donde. Me tengo que poner en campaña para averiguar en qué lugar está. Hoy día, gracias a la tecnología, se puede saber en forma rápida la respuesta.
Sé muy bien la situación que se vive a nivel departamental, pero sé también el corazón, la solidaridad, de los salteños.