viernes 19 de abril, 2024
  • 8 am

La columna infiltrada

PLANIFICACIÓN FAMILIAR, ABORTO Y SUICIDIO ASISTIDO

(El entramado oculto detrás del próximo gobierno mundial
y su conexión con la destrucción del planeta)

La planificación familiar, el aborto y el suicidio asistido son otras conexiones odiosas que están ligadas a los planes mundiales del control de la humanidad. Este operativo contra la población como política internacional, tomó cuerpo después de la Guerra Fría, durante el gobierno de Richard Nixon, bajo la acción directa de su primer ministro, Henry kissinger. Curiosamente Daniel Sturlin denuncia en su libro “Club Bilderberg” los objetivos de esta organización. Entre los que se destaca la alimentación de 4 mil millones de personas en el planeta… Son precisamente Henry Kissinger y su amigo David Rockefeller los precursores de esta idea, quienes llaman “vientres inútiles” a los que ellos consideran “sobrante de la población mundial” (población no productiva)…
Después de la Segunda Guerra Mundial y hasta 1989, lapso que fue denominado como la Guerra Fría, el mundo quedó dividido básicamente en dos bloques encabezados por sendos imperios. De un lado la URSS, comunista y del otro el capitalismo de los EEUU. Cuando culminó la desintegración del aparato comunista, repentinamente cambiaron las condiciones geopolíticas. Súbitamente desapareció el enfrentamiento Este-Oeste, pasando al primer plano internacional el conflicto Norte-Sur. Es decir, las diferencias que separan a los países ricos del norte de los países pobres del sur. Aunque existe una gran diferencia entre estos dos conflictos. Durante la Guerra Fría, las luchas por la supremacía eran más bien ideológicas en cuanto a la población política: “izquierda – derecha”. Pero esta nueva guerra es “demográfica – económica”. La realidad indica que los países desarrollados tienen índices de natalidad muy bajos y en decrecimiento. Mientras que los países pobres tienen altos índices de natalidad y una población en constante aumento. Sobre este tema, el Dr. Wilky afirmó que en 1930 la población eurocentral caucásea de occidente representaba el 35% de la población mundial; hoy representa sólo el 15%, y aunque continúa dominando la economía y el poder militar, entre otras áreas, este dominio (si todo continúa así) no logrará prevalecer.
Como van las cosas, para el año 2100 no llegará al 5%. Con lo cual las potencias de ninguna manera podrán retener su actual posición dominante. Esta es la causa por la que se declaró la guerra a la población mundial, pretendiendo por todos los medios disminuir la natalidad en los países no desarrollados.
De no revertirse esta situación, los pobres del mundo van a rugir de hambre contra los poderosos del planeta. Esto supone, además de la pérdida de la supremacía a nivel mundial de los países más poderosos, la obligación de invertir en comida, ropa y vivienda para las multitudes no tecnificadas y subdesarrolladas. Sin embargo, para estos genios despreciables, resulta más rentable invertir en “planificación familiar” (nombre muy bonito que incluye el derecho al aborto). Término eufemístico, que esconde por detrás el plan de reducción de la población impuesto sobre las naciones. Por esta causa, desde el final de la Guerra Fría se acuñó un eslogan que apareció en cuanta conferencia mundial y discurso brindado por los altos funcionarios de la ONU y sus organismos colaterales. El tema en cuestión es la “explosión demográfica”. Mientras que en la Guerra Fría el peligro era la bomba atómica, ahora el grave peligro está representado por la “bomba poblacional”. Recordemos pues sus argumentos: “que todos los problemas del mundo tienen origen en el aumento de la población mundial”. La falta de alimentos, es por exceso de población. La cantidad de niños no deseados se debe a los problemas que genera la miseria, que tiene su origen en el exceso de población. Las pestes y enfermedades provienen de la incapacidad de producir alimentos para la excesiva población. Las mujeres son esclavas de sus hijos y no pueden dignificarse y desarrollar sus vidas, porque la prole se los impide. Y para estas mentes, el freno de la dignidad y el progreso de la mujer significan un castigo impuesto por Dios y la religión. Porque todos sus problemas del mundo tienen su origen en la alta tasa de natalidad.
Todo se sintetiza cuando se fusionan ocho asociaciones de varios países para construir la Federación Internacional de Planificación Familiar, que cuenta con alrededor de 180 filiales en el mundo.


Datos extraídos del libro “Gobierno Mundial y el fin del mundo”, del escritor Jorge Márquez, editorial Pesur, 1ra. Edición editada en 2011.