Hoy domingo 30 de abril se celebra el Día del Trabajador Rural en Uruguay, un día establecido por ley en el año 2012 con el fin de reconocer la labor de los trabajadores del campo en el país.
La ley N° 19.000 establece que cada 30 de abril se celebrará el Día del Trabajador Rural como «feriado no laborable», lo que se debe tener en cuenta para el pago de los trabajadores que se desempeñan en actividades rurales.
Además, el Poder Ejecutivo debe organizar y promocionar, durante ese día, las actividades y medidas necesarias destinadas a difundir la importancia de la labor del trabajador rural en Uruguay.
Este año, los festejos se celebrarán, en el predio donde se realiza la Fiesta de la Chacra en San Jacinto, en coordinación con la Intendencia de Canelones y la UNATRA (Unión Nacional de Trabajadores Rurales y Afines).
La ley mencionada anteriormente, complementa a la N° 18.441, promulgada en 2008, que regula la jornada laboral y el régimen de descansos de los trabajadores rurales.
Estas normas son fundamentales para los trabajadores del campo, ya que igualan su tiempo de trabajo diario o semanal al de otros trabajadores de diferentes segmentos de la actividad laboral, sin descuidar las particularidades del trabajo que desempeñan.
El trabajo rural es fundamental para la seguridad alimentaria de cualquier sociedad, y la pandemia y las adversidades del mundo han puesto en relieve la importancia del trabajo rural y de los trabajadores que lo realizan.
La frase «el campo no para» se ha hecho más relevante que nunca durante los últimos tiempos, ya que a pesar de las dificultades, los trabajadores del campo han seguido adelante para garantizar la producción de alimentos.
En el campo uruguayo, existen diversos oficios, características y destrezas que hacen de la producción agropecuaria una actividad tan variada como importante. Desde el tradicional esquilador o el sacrificado tropero, hasta el peón de campo, el capataz, el alambrador, el tractorista, el cortador de caña de azúcar, el peón arrocero, el cuidador de cerdos, el trabajador de tambo, el plantador de boniato o el maquinista forestal, todos son piezas clave en el engranaje que hace posible la producción agropecuaria.
Los tiempos han cambiado y la tecnología se ha incorporado en la producción agropecuaria, por lo que el constante cambio necesita mano de obra más calificada. No obstante, no podemos olvidar el valor y la importancia del trabajo rural tradicional, el cual requiere de una condición especial de amor al campo y una dedicación que solo puede brindar el trabajador rural.
Por lo tanto es necesario que cada uno gane lo que se merece y que todos valoremos el trabajo rural.
Este 30 de abril, en el marco del Día del Trabajador y la Trabajadora Rural, recordemos el valor y la importancia del trabajo en la producción agropecuaria, y comprometámonos a seguir mejorando las condiciones y las capacidades de los trabajadores y trabajadoras rurales en Uruguay.
Porque en definitiva, son hombres y mujeres de todos los perfiles y todas las edades, a quienes deberíamos recordar cada vez que ponemos un alimento sobre nuestra mesa.
Rurales Titulares del día