Por Carlos Silva
Es sabido por todos que el elemento igualador de una sociedad es la educación, por más diseños de políticas sociales, productivas o las que quieran, para alcanzar los mejores estándares que muchos soñamos, debemos construimos una mejor educación.
Hablar de educación en el siglo XXI no es sencillo, ya que los modelos y las alternativas actuales, se actualizan de manera permanente. Para equilibrar las oportunidades de la ciudadanía sin mirar donde le toco nacer hay que explorar el camino de la universalización del acceso educativo. Nuestro país fue líder a nivel regional y referencia mundial en educación de principios y mediados del siglo pasado, sobre todo en materia de gratuidad y obligatoriedad en los primeros años.
Este aspecto nos ayudó a crecer como sociedad y ejemplos de estos tenemos en nuestro propio departamento, que fue el primero del interior del país, en recibir cursos de nivel universitario hace más de 60 años y tuvimos que al menos en algunas carreras, dejar de “morir en la capital”.
Hoy nuestro país enfrenta una reforma educativa que venía siendo postergada por años y este gobierno, mostrando una vez más valentía y coraje, asume el desafío de dejarle un mejor país a nuestros jóvenes. Pero si bien esta reforma ataca sobre todo a la educación inicial y media, debemos observar con atención los niveles más altos de la educación, porque hoy es necesario estar preparados para lo que se viene y no alcanza con lo básico.
Debemos continuar buscando la manera de que las oportunidades le lleguen a todos y por eso es importante seguir apostando al desarrollo de los estudios terciarios en el interior. Las carreras técnicas específicas que hoy imparte tanto la vieja y querida UTU o la nobel UTEC, que son institutos educativos con propuestas diferentes, pero con un mismo objetivo, brindar más oportunidades a nuestros jóvenes.
Algunos dicen que se corre el riesgo de formar gente y que luego se vayan del país por lo que termina habiendo una “fuga de cerebros”, donde el estado invierte y luego la aprovechan otros. No compartimos esa postura de estar en papel de “victima”, donde solo miramos la mitad vacía del vaso y por eso decimos, que el otro gran desafío de un gobierno, es lograr políticas que atraigan las inversiones, mostrando que tenemos el capital humano formado para que aquí puedan instalarse.
Hoy este Gobierno Nacional está en búsqueda de esas inversiones, mostrando las bondades de nuestro país y encarando las reformas necesarias para demostrar que realmente queremos que Uruguay, sea un país donde las empresas puedan elegir instalarse acá y no llevarse nuestros mejores jóvenes a trabajar a otros países.
El mundo en que vivimos está cambiando a una velocidad que nos asombra todos los días, la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados y tenemos que adelantarnos a lo que se viene. La formación en línea, luego de la pandemia, fue un sistema que se expandió y demostró que es muy valioso.
Hoy hay distintos impulsos hacia la creación de una Universidad virtual y que debemos prestar la máxima atención, porque quizá por ahí llega le verdadera oportunidad para todos, sin importar donde te toco nacer. Por ahí quizás esté el camino que marque el futuro y que logremos una sociedad con más educación y menos barreras.
