Por Gustavo Chiriff
Este domingo 13 de agosto, en las elecciones PASO de la Argentina, con un 30% de los votos, Milei, de 52 años, se convirtió en el candidato más votado y un posible favorito para ganar las elecciones presidenciales, que se realizarán el próximo 22 de octubre. Milei, sobrepasó a los dos partidos que han gobernado durante las últimas dos décadas: el macrismo (Juntos por el Cambio), que obtuvo el 28% de los votos, y la coalición oficialista peronista-kirchnerista, Unión por la Patria, que sacó el 27%.
El viejo bipartidismo argentino sufrió una herida profunda ante la derecha fascista más rancia argentina, pero fue contundente la expresión electoral, mezcla de broncas, falta de pertenencias, nuevas generaciones con falta de perspectiva futura, una inflación incontenible, aumento de pobreza e inseguridad, fueron factores claves de este corrimiento a la derecha del electorado argentino, más allá que voto solo el 69 % de los habilitados y con 4,5 % de votos en blanco. Ninguna de las 13 encuestas le daba ganador a Milei y doce le daban tercero, el voto escondido, como voto castigo funciono en esta ocasión.
Sin dudas que, para un importante sector de la sociedad argentina, la extravagancia de Milei, su violencia verbal y gestual, su discurso antipolítico, hizo que prendiera su discurso de castigar a la “casta”. Algo similar a lo que ocurrió con Bolsonaro en Brasil y con Trump en EE.UU. Un discurso que propone la compra-venta de órganos, el libre uso de armas de fuego, derogar la legalización del aborto, desregulación de la venta de armas, reforma de la justicia que podría concederle la libertad a decenas de militares y policías condenados por crímenes de lesa humanidad la privatización de la educación, dolarizar la economía, privatizar las empresas públicas del Estado y cerrar el Banco Central.
Luego de conocer el resultado, Milei le agradeció a su perro muerto, con quien mantiene un diálogo fluido (mastín inglés fallecido), a través de una médium; así como recibe consejos de economistas muertos a través de sus otros perros (vivos). Esto es Milei.
¿Hay un corrimiento a la derecha del electorado argentino? Particularmente creo que no, si hay una oportunidad de descontentos, de desilusiones, de desesperación de una clase media que ve como a perdido privilegios y que ve en el discurso impetuoso, pero falta de contenido real de Milei, una salida a la crisis. De una masa de jóvenes, que rompen con estereotipos tradicionales y que en su propia campaña electoral incorpora Milei estos modos, a través de una enorme publicidad por distintas redes (prácticamente no hizo actos), atrapando a un electorado joven que le pega el discurso que todos los políticos son corruptos y viven del estado.
Esto en Argentina, no es un fenómeno como algunos periodistas afirman, es tendencia en modelos de gobiernos desgastados, populistas, que no resuelven las contradicciones de esta sociedad capitalista, si no que la profundizan, por no ejecutar políticas económicas de mejor distribución de la riqueza y de desarrollo económico con justicia social.
Si bien en Uruguay se dio la aparición de una expresión electoral de derecha y fascista, estamos lejos caer en los tercios que cayó nuestro país vecino, pero aun así debemos estar atento, porque ya lo dijo Bertolt Brecht: No hay nada peor que un burgués asustado.
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