jueves 31 de octubre, 2024
  • 8 am

La primera vez

Myriam Puiggrós
Por

Myriam Puiggrós

16 opiniones

Por Myriam Puiggrós. Educadora sexual y sexóloga
La primera experiencia sexual es un momento muy importante en la vida de una persona. Como padres, madres y educadoras/res, es nuestra responsabilidad guiar a los y las jóvenes para que vivan este evento de forma positiva, consciente y segura. ¿Cómo podemos abordar este tema? Lo primero es establecer una comunicación abierta sobre sexualidad desde temprana edad. Generar confianza para que los/as adolescentes se sientan con comodidad haciendo preguntas y hablando del tema. Hay que normalizar conversaciones sobre relaciones, intimidad y protección, adaptadas a cada etapa de madurez. Otro punto clave es educar sobre consentimiento. La importancia de aprender a comunicar sus límites y respetar los de los demás. Nadie debe sentir presión a tener relaciones. Ambas personas deben dar un Sí afirmativo y entusiasta para cada paso íntimo. El consentimiento debe reconfirmarse regularmente ante las diferentes propuestas. Significa que ninguna de las partes está obligada a aceptar lo que no quiere, aunque haya dado síes previos. La educación integral incluye información sólida sobre planificación y prevención. Hablar de métodos anticonceptivos, prevención de infecciones y recursos de salud sexual. Esto empodera para que tomen decisiones protegidas e informadas sobre su sexualidad. El contexto de la primera experiencia importa. Debemos orientar para que ocurra en un ambiente de respeto, libre de presiones, alcohol u otras drogas. Tener expectativas realistas sobre el acto puede prevenir decepciones. Todo lo que se hace por primera vez puede no ser tan maravilloso como esperábamos y no todo se da como lo muestran las películas. Lo físico no debe apresurarse sin intimidad emocional. Todas las personas tienen que recibir valores basados en el mismo respeto sin diferencias de género. ¿Qué queremos decir con esto? Que es necesario dejar de transmitir las pautas en las que han sido educadas otras generaciones. Aún persiste la idea que es la mujer la que tiene que poner límites al varón a sus demandas sexuales. La famosa “prueba de amor”, y a el varón, muchas veces, sin la responsabilidad dada la creencia que es arrasado por la “testosterona”. La propuesta y la respuesta es educar brindando herramientas para la mejor gestión de sus emociones e impulsos y a la contención de sus necesidades para que puedan cotejarlas y regularlas en coordinación a las necesidades de la otra persona. Poder hablar de las relaciones emocionales ayuda a comprender que la intimidad emocional es tan importante como la física. Las conexiones saludables permiten desplegar y compartir las sensaciones y sentimientos con mayor seguridad. Poder escuchar sus inquietudes y preguntas sin dejar que nuestros temores o nuestra propia experiencia invadan la suya. Enfatizar que el autodescubrimiento y autoestima son la base para vivir la sexualidad de forma plena. Conocer su cuerpo, sus deseos y límites, practicando la autoexploración (masturbación) antes de involucrarse con otra persona les aportará mayor seguridad. Esta sólida confianza en sí mismos /as prepara su actitud para experiencias positivas.
Muchos mitos rodean la primera vez. Desmitificar esos conceptos erróneos sobre la sexualidad y las relaciones, es importante brindando información objetiva que contrarreste la desinformación. No hay que eludir explicaciones que puedan resultarnos incómodas. Por ejemplo la importancia, en el caso de una relación heterosexual, que sea la chica la que indique si está preparada para la penetración. Muchas veces, por desconocimiento, se toma la erección del varón como el momento de iniciar la penetración.
Desconocen que es la lubricación de la vagina y genitales de la chica que constituyen los indicadores de la necesaria excitación para facilitar y que también sea un momento placentero. Temas como la respuesta sexual son necesarios y no deberían soslayarse.
El brindar herramientas para el desarrollo de sus propios valores y pensamiento crítico contribuye a que consideren los suyos propios, sus creencias y límites antes de involucrarse en una relación sexual. Podrán así tomar decisiones acordes con sus valores y deseos. Con educación, comunicación y guía, podemos contribuir a que su primera relación sexual sea consensuada, protegida y un hito especial en su desarrollo personal. Nuestro papel es invaluable para lograrlo.