jueves 21 de noviembre, 2024
  • 8 am

Empezaron a agitar los fantasmas contra las firmas

Cecilia Eguiluz
Por

Cecilia Eguiluz

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Minervine

Por Cecilia Eguiluz
Hace poco más de una semana comenzó la recolección de firmas de cara al plebiscito constitucional que tendrá lugar con las elecciones nacionales de octubre de 2024. Más de 600 personas están trabajando distribuidas en 230 equipos y, día a día, se siguen sumando voluntarios. A través de la página www.deudajusta.uy se da a conocer toda la información referida a esta campaña de recolección de firmas y quienes quieran una atención personalizada para evacuar sus dudas pueden hacerlo al 0800-1146, donde amablemente los van a atender, e incluso pueden sumarse ahí mismo a los equipos de voluntarios. Este esfuerzo de voluntariado irá creciendo, porque estamos convencidos que hay que cambiar la realidad y que para eso hay que moverse. Esta acción NO ES CONTRA EL SISTEMA FINANCIERO, ES A FAVOR DE LA GENTE. No se busca que quien presta no gane dinero, busca que gane lo justo y quién paga, pague lo justo. Durante estos meses vamos a escuchar muchos ataques a esta campaña, porque saben que de una forma u otra va a cambiar la realidad. Siempre hay dos caras para cada problema, uno es el lado los prestamistas, cobrando intereses arbitrarios, protegidos por un marco legal y con el beneplácito del Banco Central del Uruguay. Otro lado es el del endeudado, la persona común y corriente, que simplemente quedó sin trabajo, o le fue mal en un emprendimiento, o sufrió una enfermedad propia o de un familiar y tuvo que acceder a un préstamo. No se puede asumir que TODOS son sinvergüenzas. Una persona ordenada, que por no poder cumplir una vez, dos o tres veces, quedó atrapado en una situación sin salida porque su deuda creció desmesuradamente, al punto de terminar en el clearing y fuera del sistema financiero. O un emprendedor rural que le fue mal en una cosecha, o que se le destrozaron sus invernáculos y perdió su producción, o un pequeño emprendimiento turístico familiar que terminó sacando un préstamo, lo agarró la pandemia y no se pudo recuperar, o una familia que pierde a su jefe o jefa de hogar y que tiene que resolver, si paga los créditos o comer. Estos ejemplos que pongo no son de ficción, son casos reales y seguramente me quedo muy corta, porque en este tema, uno no deja de sorprenderse con los casos que nos relatan. Fue en el 2007 que durante el gobierno de FA se habilitó a los privados a autorregular los intereses, por lo que es muy coherente que hoy no quiera apoyar una regulación de esas tasas. Hoy, Blancos y Colorados decidieron no respaldar este proyecto luego de votarlo en Comisión y empezaron a agitar fantasmas, porque quieren asustar a la misma gente a la que vienen expoliando desde el año 2007. Dicen que van a desaparecer los créditos para las personas. Está claro que no van a cerrar las financieras ni los bancos para ir a poner un tambo, a trabajar en la naranja o poner un kiosko. Las financieras van a seguir haciendo su negocio y está bien que así sea, pero no podrán cobrar intereses de más del 100% cuando la inflación de este país no llega a dos dígitos. Tampoco nos van a decir que les preocupa que la gente queda fuera del sistema financiero y analicen escenarios apocalípticos, porque a quienes dicen eso, los invitamos a mirar la realidad actual con 700 mil personas en nuestro país que ya están fuera del sistema financiero. Hay hoy más de 1 millón de deudores en el clearing por incumplimientos para los cuales sacar un préstamo actualmente es mucho más caro. En definitiva si les interesa el problema del endeudamiento de esas personas hay que cambiar las reglas de juego, dejarse de demagogia y empiecen a escuchar a la gente. Limitar la usura y cumplir con la Constitución no es meterse en los contratos entre privados, sino por el contrario, es respetar el primero de los contratos que es con el soberano, con el pueblo, establecido en nuestra Constitución en el Art.52 que reza “prohíbese la usura”. Accionar positivamente utilizando el mecanismo democrático de la recolección de firmas es la única forma de cambiar la realidad, el deudor podrá pagar y el acreedor podrá cobrar.