Por Gustavo Chiriff
A fines de marzo de este año, cuando se conoce la denuncia pública realizada por Romina Celeste sobre el abuso del senador Gustavo Penadés cuando ella era menor, los primeros que salieron a respaldar al Penadés fueron el presidente de la República y el ministro del Interior, Luis Lacalle Pou, dijo que Penadés tiene su “respaldo” y “confianza” y agregó que espera que la justicia aclare el caso. “Le creó a él”, dijo el presidente en una conversación informal con periodistas. Por su lado, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, también respaldó a Penadés, y aseguró que está siendo víctima de una “difamación”. “Esto es una difamación”, aseguró, y agregó: “Lo tiene que probar en la Justicia”. El ministro indicó defendiendo a Penadés “es él quien va a la Justicia”, “la otra persona [Romina Celeste] no va a la Justicia y va a las redes, a destruirlo en las redes. Pero bueno, la Justicia es el camino que ha elegido el senador, y el senador confía porque está muy tranquilo”, concluyó.
De allí en más comenzó un blindaje y a vista de los acontecimientos, no solo el presidente, ni el ministro del Interior lo protegieron, también el presidente del INAU, Pablo Abdala, y la presidenta del Inmujeres, Mónica Bottero. Es decir, que dos instituciones que defienden los derechos de la infancia, de la adolescencia y de las mujeres, en vez de actuar protegiendo a las víctimas, sus responsables salieron a apoyar sin medir consecuencias a su amigo.
Lo peligroso de todo esto, más allá del delito del ex senador, es que desde lo institucional se respaldo y se defendió a un delincuente, sin tener en cuenta los procesos judiciales que se tienen que garantizar, es decir a priori del dictamen de la justica lo declaraban inocente.
La imputación de Gustavo Penadés por 22 delitos de abuso sexual a menores, también mostro el abuso en el uso del Sistema de Gestión de Seguridad Publica, el comisario encargado de la Unidad de Investigación y Análisis Penitenciario, está acusado de obtener datos de las víctimas y suminístraselo a Penadés. En estas acciones también están implicados más funcionarios del ministerio del Interior. ¿El ministro Heber no sabía?
Bien parece que el ministro del Interior no sabía de lo de Astesiano, se le escaparon narcos pesados de la cárcel y no sabía nada, aumenta la delincuencia y asesinatos en todo el país y nada; y ahora en sus narices se proporciona información a un indagado, que es el amigo del ministro, que salió antes de expedirse la justicia a defenderlo y ahora se muestra sorprendido. Si ya se venía con elementos para pedirle la renuncia, estos últimos hechos graves, si tiene la altura, debería presentar la misma, porque está al frente de un cargo que ha hecho agua por todos lados.
Por todo eso y mucho más: RENUNCIÁ HEBER
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