martes 7 de mayo, 2024
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Para que valga la pena

Gustavo Varela
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Gustavo Varela

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Por Gustavo Varela
Sobre fines del año de 1985 Wilson Ferreira Aldunate, escribe un hermoso editorial en su semanario “La Democracia”, titulado: “Para que valga la pena”, donde reafirmando y fomentando el carácter libertario y la obsesión de ser discutidores de los “Blancos” y vislumbrando que el Partido Nacional se estaba acercando al triunfo que se cristalizó en el año 89, existía la necesidad de organizar a la colectividad política para que una vez en el gobierno valiera la pena haber triunfado.
Aquella obsesión de Wilson se logró y después de mucho tiempo y de muchas frustraciones se logró tener un partido organizado que alcanzó el gobierno en dos oportunidades.
Y valió la pena, pues en ambas oportunidades se tuvieron gobiernos que modernizaron en varios aspectos al Uruguay bastándome nombrar a la reforma del puerto, la desmonopolización de los seguros y en el actual la Ley de Urgente Consideración con una serie de reformas, que además fue ratificada por la mayoría de la población, la reforma jubilatoria y la reforma de la educación.
Pero así como se avanzó en varios aspectos aquél como éste gobierno tienen episodios, que no se pueden soslayar.
El caso Astesiano, Ministerio de Vivienda, el episodio Salto Grande, y el que acaba de explotar, que llevó a la renuncia al Canciller de la República, envuelto en la opacidad del caso Marset, hace que quede tapado todo lo bueno que viene ocurriendo, como el manejo con libertad responsable de la pandemia, el buen rumbo económico que está llevando el país en comparación con nuestros vecinos, las reformas que van a comenzar a dar buenos resultados en los años subsiguientes.
Ha sido enormemente vergonzosa la actuación desde cancillería, desde que asumió Bustillo en adelante. Basta recordar cuando le agradeció a Mujica en su juramento como Ministro, algo que no se terminó de entender el porqué, el manejo del caso Salto Grande y otros episodios que más vale olvidar.
Si bien la mayoría partidaria responde a otro sector al que acompañamos siempre, seguimos confiando en el Presidente, al que le reconocemos un buen manejo de las difíciles situaciones por las que ha atravesado el gobierno.
Fue implacable con quienes se desviaron del “deber ser” de los gobernantes. Condujo con mano firme varias tormentas por las que atravesó la nave gubernamental, se plantó con claridad ante los poderosos de nuestros vecinos, defendiendo los intereses uruguayos.
En definitiva ha valido la pena el haber alcanzado el gobierno, pero no debemos permitir, que estos insucesos pongan un manto de niebla sobre lo otro.
La oposición juega su partido obviamente, y no debemos de enojarnos con que lo hagan.-
Así son las reglas de juego.
Somos nosotros que no debemos brindar las oportunidades, por tener gente que no está capacitada o hace la tarea en forma espantosa.
Confiamos en que cuando el Presidente regrese ponga en vereda a más de un vivo, que, debiendo renunciar ante el escándalo ocurrido se encuentran calladitos viendo si pueden seguir ocupando espacios, que deberían estar en mejores manos.
No hay que tener miedo de cortar lo que haya que cortar para que los gobiernos, que muchas veces se conquistan con mucho esfuerzo, valgan la pena.