Por el Dr. César Suárez
A veces tengo la sensación que he vivido varias vidas en esta misma vida.
Al revisar los rincones de la memoria, voluntariamente o través de un estímulo, aparecen acontecimiento vividos en diferentes etapas de toda mi existencia donde diferente mundos se entremezclan y se clarifican en la medida que se comparten recuerdos con amigos donde la pregunta obligada termina siendo ¿tú te acuerdas…..?
Hace unos días recibí un mensaje desde México donde está vacacionando mi amigo y colega Iasha Sznajder del cual ya conté una historia hace un tiempo, quien fue Profesor de la Cátedra de Neumología en una destacada Universidad de Chicago y con quien compartí como estudiante de la Facultad de Medicina en Montevideo y la prisión en épocas de dictadura, yo por unos pocos meses y él por un par de años antes de ser deportado por ser extranjero pero como no hay mal que por bien no venga, el retomó su carrera de medicina con una trayectoria brillante en su especialidad.
Pero el motivo de esta columna es otro, hace unos días, Iasha, me envió un mensaje con reportaje realizado en el semanario Brecha hace uno pocos años a Gabriela Shroeder Barredo una mujer que no conozco y que confiesa tener poco más de 50 años y que tiene la particularidad de ser hija de Gabriel Shroeder y Rosario Barredo, entrañables compañeros y amigos desde el inicio de nuestra carrera de médicos.
Al momento de comenzar las clases para nuestra generación, eran tiempos políticamente revulsivos donde se peleaba por el presupuesto de la Universidad y el atraso de partidas, fue ahí que conocí por compartir el mismo grupo, a Gabriel y Rosario y con ella tuve oportunidad de estudiar en su casa.
Terminado el primer ciclo de la facultad, comencé a perderles el rastro debido a que ellos, que eran pareja, tomaron otro destino político Gabriel pasó a la clandestinidad dado que la policía y el ejército estaba detrás de sus pasos las siguientes noticias las comencé a tener a través de la prensa, el 14 de abril de 1972, Gabriel había muerto en una emboscada por un balazo en la espalda, esto sucedía 10 días antes de Gabriela naciera en el Hospital Militar a donde había llevado a Rosario luego de la muerte de Gabriel. Siguió pasando el tiempo, Rosario se exiló en Buenos Aires ante la inminencia se ser apresada nuevamente.
Tiempo después, en Buenos Aires, Rosario formó pareja con William Whitelaw con el que tuvo 2 hijos más, completando los 3 hijos que tuvo, pero el drama no había terminado, 4 años después de la muerte de Gabriel, el 21 de mayo de 1976, por orden de Juan María Bordaberry ya constituido en dictador junto al Canciller Juan Carlos Blanco y con la colaboración de integrantes de la triple a argentina, fueron secuestrados el Senador Zelmar Michelini, el diputado Gutiérrez Ruíz, Willian Whitelaw y Rosario Barredo, luego fueron torturados y asesinados.
En ese momento, Gabriela, tenía 4 años, Victoria tenía 16 meses y Máximo, 2 meses. Los niños fueron rescatados desde una comisaría por el abuelo Shroeder de Gabriela con quien vivió la niñez y la adolescencia, durante de su juventud se fue a vivir a chile por 20 años, a punto de cumplir los 50 años, quiso honrar la memoria de sus padres escribiendo una novela con sus historias con la memoria rescatada y la memoria imaginada junto a Ignacio Ampudia con el título, EL MUNDO NUEVO (una novela que rescata silencios de la historia reciente).
En esa historia, sus padres figuran con otros nombres dado que hay relatos que tuvieron que ser imaginados por falta de la documentación para rellenar algunas partes de la historia real.
Fue sin duda un homenaje emocionado a sus progenitores de los que no pudo disfrutar por lo que quiso recrear esa historia para intentar explorar eslabones perdidos de sus orígenes y para intentar recomponer la historia que tendría que haber sido y que no fue e intentar sanar esas profundas heridas del alma, escribiendo.
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