Por Gustavo Varela
Días pasados, tuve que dirigirme hacia la capital de la República por motivos personales y algo que me llamó la atención en “Atlantis”, como se la denomina a Montevideo pues vive bajo agua por la basura pero también en cada rincón de la ruta es la repetición en cuanto cartel, muro o calle, se transita de la inscripción “el gobierno fracasó”.
Obviamente, es una estrategia del FA-Pit, de la que nos tiene acostumbrados, para poder instalar un fantasioso relato en la ciudadanía, intentando debilitar al gobierno ante la opinión pública.
El bochinchómetro quejoso.
Nada nuevo bajo el sol.
Si hay algo al que le tienen miedo desde las filas opositoras, es justamente lo contrario a la idea que quieren instalar y son los logros que ha tenido el gobierno, a pesar de las vicisitudes por las que tuvo que atravesar el país.
No hay que dejar de recordar que a los pocos días de haber asumido el gobierno se desató la más mortal epidemia mundial de los últimos 500 años, si tomamos la pandemia de la viruela que asoló a Europa por el año 1520, como la anterior.
Veamos algunas consecuencias que dejó el covid en el mundo entero.
El desempleo temporal entre los trabajadores que sólo tenían educación primaria completa, se elevó en el 70% de los países del mundo.
La economía mundial se redujo en 5,5%.
Fue la primera vez desde fines de los años 1800, que tantos países se empobrecieron a la vez.
Los ingresos en el mundo disminuyeron en alrededor de un 3,6%, y empujó hacia la pobreza a millones de personas.
EEUU, tuvo una caída del 6% y la zona euro del 9%, lo que enfrió el consumo mundial.
A pesar de esos números, el Uruguay en pandemia su PBI decayó el 6%, y los dos años subsiguientes creció 10,3%, cuando el promedio de América Latina creció en promedio 8%.
Posteriormente, el país todo fue afectado por la sequía más grande de los últimos 70 años, donde se pueden dar algunos números.
El sector agropecuario registró, entre 2022 y 2023, pérdidas equivalentes al 3% del PBI nacional, más o menos unos 1.880 millones de dólares, lo que repercutió fuertemente en el comercio exterior, o sea durante dos años se desplomó el ingreso por exportaciones.
La guerra entre Rusia y Ucrania, ha afectado también las posibilidades de desarrollo del país, aunque en menor medida, ya que el comercio exterior con ambos había bajado significativamente.
Nuestros “hermanos mercosurianos” Argentina y Brasil, han atentado contra el desarrollo, no permitiendo que se puedan firmar TLC con el mundo desarrollado, lo que no permite crecer como pudiéramos.
A pesar de todas esas vicisitudes, Uruguay tiene indicadores económicos, que muestra que es el país que mejor se ha comportado post-pandemia de Latinoamérica.-
El país con menos desigualdad de Latinoamérica.
Por primera vez, se bate el record de cotizantes ante el BPS con la friolera de 1.550.000 puestos de trabajo en enero del 2024.
La clase media es porcentualmente hablando, la más grande de América Latina, el 60 % de su población.
El porcentaje de hogares que viven en la pobreza actualmente se sitúa en un 6,4%, cifra que es 1,3 puntos porcentuales más alta que los niveles registrados antes de la pandemia.
La tasa de variación del IPC anual, ha sido del 4,7%, lo que ha logrado que el 90% de los trabajadores ya recuperaron o recuperarán en 2024 el poder adquisitivo de sus salarios y, en muchos casos, tendrán además un crecimiento de su poder adquisitivo. El salario mínimo nacional no disminuyó en este período de Gobierno, sino que creció en promedio un 1,2 %.
Estos números hacen que la izquierda, traten desesperadamente de confeccionar un relato fantasioso de que el gobierno ha fracasado, cuando vemos que todos los indicadores económicos dicen lo contrario, que el país ha venido creciendo sostenidamente, por encima de los países de la región.
Los números son buenos, aunque también es justo decirlo debemos de mejorar en muchas cosas.
Esa es la tarea que debemos de desarrollar en estos meses siguientes, a los efectos de desbaratar ese intento por parte de la izquierda, de tratar de mostrar algo que no es real.-
El gobierno no fracasó.
Por el contrario.
El gobierno ha cumplido.
