Por Gustavo Chiriff
Cuando hablamos de integración, nos referimos a los procesos de desarrollo de lazos profundos entre dos o más regiones, que tienen raíces históricas comunes, que su composición social es similar, que sus economías productivas tienen sistemas parecidos, regidas obviamente por normativas y regulaciones distintas. En este proceso, que es de negociación y acuerdos y juega un papel importante el aparato del Estado de cada uno de los países y también las instituciones interestatales, como canalizadores de estos procesos.
No concebimos la integración regional, meramente como un sistema de acuerdos económicos que permitan a los ciudadanos de estas regiones establecer vínculos comerciales, con ventajas competitivas. Para nosotros la naturaleza y sustancia de la integración está estrechamente relacionada con los asuntos sociales, relaciones de clase y la política. Si bien nuestra propuesta programática de gobierno 2025-2030, establece algunos criterios de orden económico, como: trabajar activamente en la problemática referidas a las diferencias cambiarias en los territorios de frontera y sus áreas de influencia, instrumentando rápidamente un plan de acción que incluya, entre otros:
• Monitoreo permanente de la situación en ambas fronteras que permita reaccionar rápidamente ante cambios en la misma.
• Devolución de impuestos en general, tomando como antecedente el caso del IMESI a los combustibles.
• Establecer tarifas diferenciales temporales para los comercios de frontera.
• Facilitar mecanismos para que los comercios de frontera también puedan beneficiarse de la diferencia cambiaria.
• Potenciar los mecanismos de defensa de la competencia en particular en los casos que se identifiquen diferencias importantes de precios relativos con los países vecinos.
• Combate frontal al contrabando organizado.
• Racionalizar las regulaciones de importación que puedan estar generando trabas burocráticas.
Sin dudas que son propuestas que permitirían generar mecanismo de contención de las diferencias cambiarias que pudieran existir a futuro, pero cuando mencionamos más arriba que la integración es mucho más que políticas de fronteras, conlleva acuerdos bilaterales de cooperación en temas tan sensibles como lo son los ambientales, sobre todo la conservación de las cuencas del Uruguay y del propio río. En un reciente foro llevado en Concordia sobre la temática de integración regional, hacíamos énfasis en la articulación de propuestas culturales, educativas, turísticas y sobre todo en la cooperación ante los eventuales fenómenos climáticos que cada vez más seguido azotan esta región. Y allí es vital poder aunar esfuerzos entre ambas orillas para la contención de los efectos de estos eventos.
