miércoles 27 de noviembre, 2024
  • 8 am

Caaarajo……

César Suárez
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César Suárez

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Sol

Por el Dr. César Suárez
Escucho muy frecuentemente la palabra carajo como insulto, descalificación o remate de una frase, como una suerte de mandato o de desafío por si alguien no entendió o no le quedó claro, una suerte de aliento a una propuesta, un toque final donde ya no caben más palabras o como si ya no quedara más para decir.
Vamos arriba, carajo, cuando se nota que se está perdiendo el entusiasmo.
No me importa un carajo, cuando alguien descarta un objeto o un proyecto o la opinión de otra persona. ¿Qué carajo esto? Cuando uno no logra entender nada de lo que está mirando o le están diciendo.
Váyase al carajo, cuando ya no queda más nada que agregar ni que acordar.
¡Caarajo!,……, cuando uno se sorprende con lo que está viendo o le están diciendo y termina por superar su capacidad de asombro.
Recientemente, el presidente electo de la Argentina ha incorporado a esta palabra en su eslogan preferido “viva la libertad carajo,” con la filosofía de que, si usted tiene recursos y riqueza, haga lo que quiera que nadie desde el gobierno lo va a cuestionar y si es pobre, siéntase libre con la condición de que no proteste ni reclame nada, no lo dice en el eslogan, pero se percibe por su conducta, si usted es pobre, sea libre y arréglese como pueda.
Así la palabra carajo suele servir para muchas propósitos y suele acompañar a otras palabras tales como váyase al, no me importa un, la inflación se fue al, no vale un, el dólar se fue al y como también la libertad tiene muchas interpretaciones de acuerdo a quien la diga y cual sea su propósito, también alguien en su delirio puede pronunciar la frase “viva la libertad, carajo” que es medio casi, como decir aquí tiene la libertad y después, arréglese como carajo pueda..
Pero vayamos al diccionario, que significa la palabra carajo.
La primera definición que surge en el diccionario de La Real Academia Española, que en algunas regiones se utiliza como una expresión malsonante de miembro viril con la intención de ofender el pudor de quien tiene que escucharlo.
También se define como algo insignificante, despreciable, que carece de importancia “a mi no me importa un carajo”
A pesar que de el uso corriente como una palabra descalificadora en ocasiones, o de aliento (vamos arriba carajo), parece ser que el significado más antiguo está relacionado a la denominación en las antiguas embarcaciones y las rutinas de los marineros en cada uno de sus extensos viajes donde se le denominaba carajo a una canasta de madera construida en lo alto del palo mayor, en el punto más alto posible y que se usaba como lugar de observación hacia el horizonte en la búsqueda de la costa o de otras embarcaciones que también disponían de uno o varios carajos intentado identificar si se trataba de una nave amiga o enemiga y cuando el marinero observador no percibía el carajo de otra embarcación, trasmitía hacia la tripulación a puro grito, “desde aquí no se ve un carajo”, expresión que se ha extendido al uso popular usada por las personas con dificultades visuales que suelen decir “voy a tener que ir al oculista porque ya no veo un carajo”
También, el carajo de una embarcación era un lugar de escarmiento para los marineros indisciplinados donde el capitán como castigo lo mandaba al carajo, el lugar más incomodo para estar por la oscilación de la nave que se multiplicaba por varias veces en el extremo del palo mayor, sobre todo con el mar embravecido.
Como ven, la palabra carajo tiene de los más diversos usos y significados y uno percibe que suele estar muy presente en el lenguaje coloquial para descalificar, para insultar, para alentar y ahora como eslogan político vinculado a la expresión libertad, pero a mí me pareces que la concepción de la palabra libertad no tiene un carago que ver con lo que este señor propone.