Armando Guglielmone Instructor canino –
educador etólogo Venta de ovejeros
alemanes de pedigrí Contacto y /o sugerencias : 098 539 682
Los perros, es sabido, cumplen muchas funciones, la mayoría son evidentes a la vista, se ven perros trabajando con ganado, perros que cuidan espacios, que cuidan otros animales, los que son de compañía, incluso los que aparentan hacer algo para que las personas se lo crean, aunque sea solo eso, apariencia. Pero hay una tarea que los perros cumplen que solo la conocen un determinado tipo de personas, personas sensibles generalmente con alguna afección de salud que les afecta el estado de ánimo de manera intensa, personas que pueden sufrir de depresión, o de ansiedad. Estos perros, maravillosa e increíblemente, son capaces de entender percibiendo las señales de su dueño o incluso de otra persona a veces, que este está sufriendo, aunque no sea evidente a la vista de otras personas. Se cree que los perros tienen la capacidad de percibir estados de ánimo identificando olores en nuestra piel que le avisan y este aprende a diferenciarlos. Pero normalmente esto se hace evidente cuando los perros han desarrollado unos lazos de amor con esta persona de su afecto. Es posible también enseñarles a los perros a desarrollar esta conducta, pero siempre deberá ser necesario que la crianza de estos sea basada en el cariño y el respeto, sin humillar sometiendo al perro injustamente. Pero de los perros que quiero hacer nota es de los perros comunes, sean de raza o no, de esos perros que tenemos en nuestra casa con los cuales hemos forjado lazos de afecto casi o igual de intensos que con nuestros familiares, incluso muchas veces mayor que con estos. Estos perros, son los que cuando nos ven abatidos, se acercan voluntariamente a nosotros y apoyan su cabeza en nuestro regazo, expresando su amor hacia nosotros en esos momentos de vulnerabilidad. Estos perros no son entrenados formalmente para esta tarea, estos son los que esto lo hacen de propia voluntad, motivados por el cariño e impulsados por lo que se conoce como el instinto de percepción de estos. Estas conductas, estas muestras de apoyo sinceras, son las que nos ayudan muchas veces a salir de estos duros momentos, y a diferencia de las mostradas por los humanos, estas siempre son sentidas y reales, no obedecen a formalidades u obligaciones. Puedo asegurar que entre miles de perros que he adiestrados, hubo algunos que manifestaban esto a flor de piel, aún sin ser a su dueño. Hace unos cuantos años me pasó una situación única, estando en una esquina con un perro, no importa la raza, se paró a nuestra izquierda una persona con graves problemas de visión, casi ciega; el perro le olfateó la mano y pese a que primero esta se sorprendió luego lo acarició complacida, cuando cambió el semáforo y le avisé a esta persona que podía cruzar, el perro, por voluntad propia se colocó a la izquierda de esta, y la acompañó pegado a su pierna hasta la otra acera. La persona no podía creer lo que estaba ocurriendo, yo tampoco, mientras su cara irradiaba felicidad. Así de hermoso fue lo que hizo este perro por sí solo, y así de hermoso lo siento.
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