Por Carlos Silva
La situación política actual de Uruguay se encuentra en un momento decisivo. La gestión de Luis Lacalle Pou ha marcado un cambio de rumbo en el país, en particular para aquellos que vivimos en el interior. Hemos sido beneficiados de una cercanía sin precedentes del gobierno nacional, a través de iniciativas y políticas que buscan reducir las brechas entre Montevideo y el resto de los departamentos.
Hoy en día, los habitantes del interior del país tenemos motivos para confiar en el futuro, en un desarrollo descentralizado que sigue la ruta marcada por la administración de Lacalle Pou y que se proyecta en la figura de Álvaro Delgado, como continuador de esta visión.
El gobierno de Lacalle Pou asumió en 2020 con el desafío de gestionar una pandemia sin precedentes en la historia moderna, y lo hizo con una estrategia de confianza en los ciudadanos. Las políticas sanitarias, basadas en la libertad responsable, evitaron medidas extremas como el cierre total, permitiendo que la economía siguiera funcionando con relativa normalidad. Esto fue vital para que el Uruguay mantuviera un nivel de actividad que otros países de la región no lograron. Este enfoque cuidadoso y pragmático fortaleció la imagen de un gobierno que confía en su gente y que se preocupa por el bienestar económico y social de todos los uruguayos.
En términos de logros económicos, el gobierno ha promovido una serie de reformas que apuntan a hacer de Uruguay un país más competitivo. Las políticas de austeridad, junto con una gestión fiscal ordenada, permitieron controlar el déficit fiscal, un tema que era una preocupación creciente. La implementación de la Ley de Urgente Consideración (LUC), uno de los primeros y más importantes proyectos del gobierno, marcó un hito en términos de reformas.
Esta ley abarcó áreas claves como la seguridad pública, la educación, la reducción de la burocracia y el fomento de la inversión. La LUC, además, representó el compromiso de Lacalle Pou con la coalición republicana, la cual, integrada por distintos partidos, ha trabajado unida.
El compromiso de este gobierno con el interior del país ha sido notorio. Las inversiones en infraestructura, particularmente en la construcción de rutas y puentes, están facilitando la conectividad entre regiones y fortaleciendo el desarrollo de sectores productivos como la agricultura y la ganadería. La mejora de estas vías no solo ha facilitado el transporte de mercancías y personas, sino que también ha impulsado la inversión en regiones antes relegadas.
Este compromiso con el interior del país también se ha traducido en una mayor inversión en salud y educación. A través de ASSE y del Sistema Nacional Integrado de Salud, el gobierno ha trabajado para mejorar la atención médica en localidades rurales, ampliando la capacidad y el acceso a servicios esenciales. En educación, se han realizado inversiones importantes en centros de enseñanza técnica y profesional en el interior, abriendo nuevas oportunidades para jóvenes que antes se veían obligados a migrar a Montevideo para acceder a una formación adecuada.
Mirando hacia el futuro, el camino para seguir avanzando en esta línea está en manos de la coalición republicana, y en la figura de Álvaro Delgado, quien se ha desempeñado como secretario de la Presidencia durante estos años de gobierno. Delgado representa la continuidad de una administración que ha demostrado compromiso con el desarrollo de todo el país, y su cercanía con Lacalle Pou es una garantía de que se mantendrán las políticas que han beneficiado a tantos uruguayos.
