Por Carlos Silva
Uruguay se encuentra ante una elección trascendental, una encrucijada donde el futuro de nuestro país, depende de la decisión que tomemos como ciudadanos. Los uruguayos debemos elegir entre dos proyectos de país: uno que representa continuidad, estabilidad y desarrollo; y otro que nos invita a retroceder a los años de incertidumbre, ineficiencia y despilfarro de los gobiernos del Frente Amplio.
Álvaro Delgado, el candidato de la coalición, es el heredero natural del proyecto liderado por Luis Lacalle Pou, un gobierno que ha demostrado capacidad de gestión, responsabilidad fiscal y cercanía con la gente. Con Lacalle Pou, Uruguay recuperó credibilidad a nivel internacional, mejoró la transparencia de sus instituciones y afrontó con éxito desafíos globales como la pandemia. Este camino trazado no puede detenerse, y Delgado es quien puede garantizar que sigamos avanzando hacia un futuro prometedor.
En contraste, la propuesta del Frente Amplio, liderada por Yamandú Orsi, se asienta sobre las mismas bases que nos llevaron a una crisis de valores y gestión durante sus 15 años de gobierno. ¿Quién puede olvidar los problemas que enfrentamos durante ese tiempo? La inseguridad desbordada, con cifras alarmantes de delitos que hicieron que los uruguayos vivieran con miedo. Un sistema educativo deteriorado, que dejó a nuestros jóvenes sin herramientas para enfrentarse al mundo laboral. Los casos de corrupción que sacudieron la confianza en nuestras instituciones. Y, por supuesto, el despilfarro de las cuentas públicas, que nos dejó una carga económica que tardaremos años en superar. Volver atrás sería volver a ese Uruguay de incertidumbre y pesimismo.
Delgado representa algo más que la continuidad de Lacalle Pou; es la promesa de ir más allá. Con experiencia, compromiso y una visión clara, encabeza un equipo dispuesto a consolidar los logros alcanzados y a enfrentar los desafíos del futuro con valentía. Su plan apuesta al desarrollo económico, la generación de empleo, la modernización del Estado y el fortalecimiento de la seguridad. Bajo su liderazgo, Uruguay puede avanzar como un país de oportunidades para todos.
Además, es importante destacar que Álvaro Delgado ha demostrado ser un líder que escucha, dialoga y entiende las necesidades de los uruguayos. En su trayectoria como Secretario de Presidencia, jugó un rol clave en la implementación de políticas efectivas y en la coordinación entre distintos actores de gobierno. Esto no solo habla de su capacidad técnica, sino también de su voluntad de construir consensos, algo indispensable para seguir consolidando los avances logrados por la coalición.
No podemos permitirnos dar un paso atrás. La elección de Orsi significaría poner en riesgo todo lo logrado, regresar a políticas que ya demostraron su ineficacia y abrir la puerta a un modelo que dejó más dudas que certezas. Uruguay necesita estabilidad, previsibilidad y confianza, elementos que solo Delgado y la coalición pueden ofrecer.
El futuro está en nuestras manos, mirar hacia adelante es apostar por un Uruguay que siga creciendo, que respete las instituciones y que trabaje incansablemente para mejorar la calidad de vida de todos nosotros. Álvaro Delgado es la garantía de que el país mantendrá el rumbo trazado.
El próximo 24 de noviembre, los uruguayos tenemos la oportunidad de elegir entre el futuro o el pasado. Mirar al futuro sin volver atrás significa votar por Álvaro Delgado, el candidato que asegura continuidad, progreso y esperanza para todos.
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