La mejor parte para el final. Esa parece haber sido predica de Universitario en esta temporada, recuperando o acercándose a su mejor versión cuando se define todo. En ese marco es fundamental Valentín Fornaroli, de lo más desnivelante de nuestro fútbol en materia ofensiva.
En el triunfo ante Ceibal, Fornaroli (7) fue la figura, siempre incisivo con su velocidad y ambicioso en su búsqueda. Le faltó precisión en los metros finales para coronar su actuación.
Jorge Fleitas (7): atento; respondió muy bien en los mejores momentos del rival.
Octavio Pintos (5): no tuvo mucho trabajo defensivo, por lo que esporádicamente se animó a pasar al ataque.
Junior Rodríguez (5): aceptable, alternó buenas y malas en la marca; tuvo una intervención clave para salvar su arco.
Matías Bentín (6): firme en los duelos individuales y siempre bien ubicado para despejar.
Ramiro Sagradini (4): el punto más flojo; Fagúndez y Rivero ofendieron mucho por su sector, y demostró su falta de oficio en la marca.
Franco Ávalos (6): gran despliegue; criterioso con el balón y siempre una rueda de auxilio; faltó presencia en el área rival.
Martín Silva (6): bien siendo el lanzador y cerebro del equipo pero no se acomodó al ida y vuelta del complemento y terminó siendo sustituido.
Gastón Barrientos (5): con la dinámica que pedía el partido, pero impreciso con pelota.
Gabriel Távarez (6): complicó con su velocidad y rupturas en el área rival; cuando parecía pasar por su momento más bajo, marcó el gol.
Lucas Píriz (4): no encontró su lugar y su juego pasó a la intrascendencia.
Facundo Silveira (5): aportó dinámica y oxígeno, pero no se impuso.
Alexander Píriz (5): entró, llegó el gol y se limitó a luchar con los defensores rivales.
George Dos Santos (x) y Fabián Leites (x): Pocos minutos en cancha.
