viernes 4 de julio, 2025
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Idiomas

César Suárez
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César Suárez

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Por el Dr. César Suárez
Las palabras son un recurso de comunicación representadas por un sonido con una determinada cadencia que se trasmite a través del aire y que percibida por otra persona que habla el mismo idioma a la que le aporta un determinado concepto, una idea aprendida que va mucho más allá de un simple sonido, se trata de un código que asociadas a otras palabras generan milagrosamente un intercambio que el cerebro procesa a una increíble velocidad y lo transforma en un mensaje entre cerebro y cerebro.
En algún momento de la historia de la humanidad, esos sonidos fueron transformados en símbolos escritos, primero a través de pinturas rupestres que copiaban cada objeto y más tarde, cada uno de esos sonidos que representaban cada palabra se dividió en letras para crear la escritura y dejar registro de las ideas que representaban.
Pero cuando cualquiera escucha una conversación en un idioma desconocido, esos sonidos pierden sentido y cada uno se da cuenta de lo difícil que es incorporar esos códigos que, de inicio, resultan imposible de comprender.
Hay personas que tienen una inteligencia privilegiada para aprender otros idiomas con mucha facilidad y otros, tal como me sucede a mí, que he hecho muchos intentos, durante años, pero siempre con mucha dificultad para poder comprender a quien habla en otro idioma, es como una suerte de barrera que me ha sido muy difícil de sortear.
Cuando yo iba al liceo, se enseñaba francés durante 4 años e inglés, en tercero, cuarto y quinto año, haciendo un enorme esfuerzo pude aprobar, pero casi siempre iba a examen en idiomas.
Como no me daba por vencido, estudié inglés con profesores particulares y de adulto, ya médico radicado en Salto, estudié varios años en un instituto y francés en la Alianza Francesa que donde más me aproximé a entender un idioma extranjero.
Cuando Phill Hannan llegó desde Inglaterra a Salto creí encontrar la oportunidad de aprender inglés realizando clases de conversación con él, yo no entendía inglés y él no entendía castellano, parecía un diálogo de sordos pero cierto tiempo después nos comenzamos a entender, el aprendió castellano.
Ahora, que ya no tengo obligaciones laborales, he comenzado de nuevo y estoy en una carrera con mi nieto Amancio que tiene un año y medio para ver quien aprende a hablar primero, él castellano y yo inglés.
Se me hace que él me va a ganar la partida porque si bien no habla casi ninguna palabra ya entiende bastante lo que escucha, se expresa a través de gestos y se hace entender mientras yo no le entiendo una palabra a quien me habla en inglés.
Pero no me doy por vencido, cada día le dedico no menos de 2 horas para intentar educar a mi oído, para peor, los que hablan inglés nativo, lo hacen tan rápido que termino por no entender nada.
Por suerte existen conversaciones contenidas en los cursos, grabadas, pero las tengo que escuchar innumerables veces para poder entender algo y para intercambiar con el hablante inglés le tendría que pedir que me diga lo mismo diez veces y no creo que nadie tenga la suficiente paciencia para aguantar un diálogo conmigo.
Yo con mucho esfuerzo y Amancio sin intención, vamos progresando, pero se me hace que voy a perder la partida, el va terminar de hablar sin dificultades el idioma castellano y yo voy a seguir patinando en mi idea de comunicarme en otro idioma, pero la vida me ha enseñado que no hay peor intento que el que no se hace y yo le terminaré por torcer el brazo a ese controvertido idioma.