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Producción mundial de fibras alcanzó récord en 2024, la lana se mantuvo sin cambios

 La producción global de fibras mantuvo su tendencia alcista y alcanzó un récord de 132 millones de toneladas en 2024, frente a los 125 millones registrados en 2023, según la 12° edición del Textile Exchange's Material Market Report. Este crecimiento estuvo impulsado fundamentalmente por el incremento en la elaboración de fibras sintéticas vírgenes de origen fósil, consolidando una tendencia que desde el año 2000, cuando la producción se situaba en 58 millones de toneladas, ha más que duplicado los volúmenes. Según proyecciones de Textile Exchange, de continuar bajo el mismo esquema, el mercado podría alcanzar los 169 millones de toneladas en 2030.
Si bien el sector textil ha expresado compromisos de alinearse con el Acuerdo de París y mantener el calentamiento global dentro de un rango de 1,5 °C, factores como la fuerte dependencia de materiales sintéticos fósiles y las limitaciones del reciclaje textil a textil representan un riesgo para el cumplimiento de dichas metas.
En cuanto al origen de las fibras, las recicladas conservaron una participación del 7,6% en 2024, con predominio del poliéster reciclado a partir de botellas plásticas, que por sí solo representó 6,9% del total mundial. En contrapartida, menos del 1% del mercado se nutrió de textiles reciclados provenientes de pre y posconsumo.
La lana en el escenario mundial
En el segmento de fibras de origen animal, la producción global de lana ovina se mantuvo estable en torno a 1 millón de toneladas de fibra limpia en 2024, lo que equivale a 1,98 millones de toneladas de lana sucia y representa un 0,9% del mercado mundial.
Sin embargo, la participación de la lana certificada bajo distintos esquemas de sostenibilidad mostró un retroceso. El conjunto de programas que incluye Responsible Wool Standard (RWS), ZQ, ZQRX, SustainaWOOL Green, SustainaWOOL Gold, Sustainablue, Sustainable Cape Wool Standard (SCWS) y Climate Beneficial™ Verified, bajó de 5,2% del mercado en 2023 a 4,3% en 2024, debido a volúmenes reducidos o estancados. Para el caso del RWS, la causa principal fue la caída de precios de la lana durante 2024, lo que limitó el diferencial económico por la certificación.
Dentro de este 4,3%, el RWS concentró el 82%, equivalente al 3,6% del mercado global de lana sucia, mientras que ZQ representó 0,8%, SCWS bajo auditoría de granjas 0,2% más un 0,4% adicional con certificación compartida con RWS, Sustainablue 0,4%, SustainaWOOL Green 0,2%, SustainaWOOL Gold 0,02%, y Climate Beneficial™ Verified 0,003%. Debido a la doble certificación de cerca de 1,2% del volumen, el total efectivamente certificado se mantuvo en 4,3% y no en 5,5%.
En cifras absolutas, la producción de lana certificada bajo RWS cayó de 79.938 toneladas en 2023 a 70.389 toneladas en 2024, pese a que aumentó tanto la superficie certificada como el número de productores. Algunas explotaciones de escala comercial abandonaron la certificación e incluso interrumpieron la producción debido a la presión del mercado.
Distribución y programas internacionales
Por países, la penetración de esquemas certificados fue particularmente alta en Uruguay con 43% de la producción, seguido de Sudáfrica con 34%, Argentina con 19%, Chile con 16%, Nueva Zelanda con 11% y Australia con 5%. En Estados Unidos, la certificación Climate Beneficial™ alcanzó el 0,7% del mercado, mientras que en Nueva Zelanda ZQ representó un 10% y en Australia 0,6%.
El programa SCWS tuvo un 8% de participación en Sudáfrica, en tanto que SustainaWOOL Green representó un 1,0% en Australia, SustainaWOOL Gold 0,1% y Sustainablue 1,7%. Durante 2024 se registraron además las primeras certificaciones de granjas en China.
Producción de lana no mulesada y reciclada
El debate sobre el mulesing sigue siendo central en la industria. Tras la prohibición de esta práctica en Nueva Zelanda en 2018, Australia -que concentra el 21% del mercado mundial de lana sucia- es el único país donde continúa. Distintas modalidades persisten, como el uso de tijeras, nitrógeno líquido o anillos de goma. Certificaciones como RWS, ZQ, SustainaWOOL Green y Gold, junto a los esquemas orgánicos OCS y GOTS, prohíben el uso de lana proveniente de animales sometidos a estas prácticas.
Por su parte, la lana reciclada consolidó su lugar en el mercado mundial. En 2024 representó el 7% del total global, con una producción estimada en 83.000 toneladas, frente a las 79.000 del año anterior. El distrito de Prato, en Italia, se mantuvo como principal centro de producción con 35.000 toneladas, acompañado por polos en China y Panipat, India. Entre las certificaciones de referencia se destacan Recycled Claim Standard (RCS), Global Recycled Standard (GRS) y Cardato Recycled.