Por Andrés Torterola
Los bancos de leche son una política internacional creada con el objetivo de proteger la salud y el desarrollo de los niños, afirmó a CAMBIO la nutricionista Alejandra Texeira, responsable del Banco de Leche Materna del Hospital Regional Salto. Explicó que en Uruguay existen tres bancos de leche: uno en Montevideo, en el Hospital Pereira Rossell; otro en Tacuarembó; y el tercero en Salto. Estos centros requieren tecnología avanzada y costosa para funcionar de manera óptima, y operan con un enfoque regional.
DONACIONES
El Banco de Salto recibe donaciones de leche de madres del propio departamento, así como de Paysandú y Rivera. “Deberíamos poder recibir también de Artigas, pero actualmente no contamos con una infraestructura, ni recursos humanos que permitan ampliar la capacidad de almacenamiento”, señaló Texeira. Actualmente, el banco de Salto cuenta con 800 biberones de leche congelada, listos para ser distribuidos a los recién nacidos que los necesiten.
PROTOCOLOS RIGUROSOS
La leche que está lista para su uso es cuidadosamente etiquetada y rotulada, cumpliendo con estrictos controles de calidad, de la misma forma que un medicamento. Antes de ser administrada a un niño, se solicita una autorización escrita de la madre receptora. Las madres donantes deben realizarse todos los exámenes clínicos requeridos, incluyendo pruebas para descartar hepatitis B y C, VIH y toxoplasmosis, además de confirmar que no presentan adicciones. “Existe una serie de protocolos previos muy rigurosos que garantizan la seguridad del producto”, explicó Texeira. Cuando la leche proviene de un centro de recolección, debe llegar acompañada de la paraclínica correspondiente. En caso contrario, se almacena con una etiqueta roja que indica “pendiente paraclínica”, y no se procesa hasta recibir toda la documentación necesaria.
40 LITROS MENSUALES
Texeira señaló que actualmente el Banco de Leche Materna del Hospital Regional Salto cuenta con tecnología de avanzada que permite trabajar con gran precisión. Destacó que el hospital realizó una importante inversión en equipamiento, incorporando, entre otros dispositivos, una micropipeta electrónica que permite medir con exactitud la acidez de la leche. “Antes se trabajaba con buretas, un método más rudimentario”, explicó. Además, indicó que hoy el análisis se realiza con un moderno analizador de leche humana. Según la profesional, en este momento no existe riesgo de que el Banco de Leche enfrente dificultades para abastecer a quienes lo necesitan. Sin embargo, recordó que han existido períodos en los que el suministro se ha visto afectado, dado que el trabajo depende exclusivamente de las madres donantes, quienes colaboran de forma totalmente voluntaria y sin retribución económica. Este año, los centros de recolección de Paysandú, Salto y Rivera están aportando en conjunto un promedio de 40 litros mensuales, aunque, según precisó Texeira, hay momentos en que la cantidad de leche recolectada disminuye.
