El 14º Encuentro Nacional de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO), celebrado en el LATU, dejó un panorama de cautela para la nueva zafra de cultivos de verano. Las primeras proyecciones del 12º Observatorio de la MTO, presentadas por los investigadores del INIA Enrique Fernández y Sebastián Mazzilli, anticipan una reducción significativa en los márgenes esperados para la soja y la colza respecto a la campaña anterior, marcando un cambio de tendencia tras un año de buenos resultados productivos.
De acuerdo con estimaciones de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA), el área destinada a colza crecería de manera importante, alcanzando 212.491 hectáreas, lo que representa un aumento del 106% frente a la zafra 2024/25. Fernández explicó que este incremento responde a la buena experiencia de los productores en la campaña pasada, aunque advirtió que “la expansión hacia zonas más marginales podría reducir el rendimiento medio”. El rendimiento proyectado para colza y carinata se ubica en 1.750 kg/ha, con un precio estimado de US$ 470 por tonelada. Bajo estos supuestos, el margen bruto sería de US$ 147 por hectárea, lo que implica una baja del 21% frente a los US$ 185 del ciclo anterior. El rendimiento de equilibrio antes de renta se calcula en 1.500 kg/ha.
En el caso de la soja, el área de siembra se mantendría estable, en torno a 1,35 millones de hectáreas, condicionada por la amplia superficie actualmente ocupada por cultivos de invierno. Fernández destacó que varios factores podrían limitar el crecimiento del cultivo, entre ellos “el posible aumento del maíz, la probabilidad de un año Niña y un precio internacional poco atractivo”. Con un valor estimado de US$ 365 por tonelada, costos de US$ 635 por hectárea y un rendimiento promedio de 2.200 kg/ha, el margen bruto proyectado sería de US$ 166 por hectárea, una caída del 57% frente a los US$ 388 registrados en la campaña anterior. En este escenario, el rendimiento de equilibrio antes de renta se ubica en 1.745 kg/ha.
Durante la presentación, los técnicos destacaron que el complejo sojero sigue siendo un actor económico relevante. En la última campaña, transfirió US$ 102 millones a la sociedad, equivalentes a US$ 26 por tonelada producida. Las exportaciones de soja y sus derivados se encuentran 20% por encima del año pasado, representando el 12% del total exportado por Uruguay, según datos de Uruguay XXI. Actualmente, esta cadena aporta cerca del 1,4% del PIB nacional.
El sector mantiene una fuerte dinámica, a pesar de que los precios no han permitido mejores resultados. Ante este escenario, la superación y estabilización de los rendimientos se presentan como desafíos clave para la competitividad de la producción agrícola”, concluyó Fernández, resumiendo el tono prudente de las proyecciones para una zafra que promete más desafíos que márgenes.
