La Dirección General de los Servicios Agrícolas (DGSA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) intensifica sus acciones de control frente al Huanglongbing (HLB), una enfermedad que ha devastado plantaciones citrícolas en distintos puntos del mundo. El Ing. Agr. Juan Grasso, integrante de la DGSA, explicó que el país atraviesa una etapa de vigilancia activa y preventiva, con monitoreos constantes y estrategias en ejecución junto al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
El ministerio ha comenzado nuevamente con los monitoreos en chacras y también a nivel de los centros poblados, "por suerte pudimos arrancar luego del desfasaje que generó el cambio de administración", indicó Grasso. "Se firmó y se puso en funcionamiento el FPTA con INIA para el monitoreo de la enfermedad y la evaluación de estrategias". Este convenio permite contar con técnicos dedicados al seguimiento en campo y al procesamiento de muestras, lo que ha posibilitado mantener un control riguroso en las principales zonas citrícolas del país.
Según el agrónomo, los resultados de los monitoreos han sido negativos, lo cual confirma que la enfermedad no ha avanzado más allá de los casos detectados en 2024. "A pesar de aquellos positivos en el norte, los nuevos relevamientos no muestran nuevas afectaciones", señaló. Actualmente, los registros se limitan a algunos traspatios y una quinta comercial en Artigas, bajo supervisión directa del MGAP, y un caso aislado en Salto, donde se detectó una planta infectada en la ciudad.
Ante la detección del caso en Salto, se ejecutó un operativo de control exhaustivo: "Se hizo todo el relevamiento de la ciudad y las quintas en los anillos concéntricos hasta diez kilómetros, fueron más de 110 o 125 evaluaciones, y felizmente todos los resultados dieron negativos", destacó.
Una respuesta de largo plazo
El plan de contingencia del MGAP establece un protocolo estricto ante cada detección positiva. Grasso explicó que la primera medida es el corte inmediato de la planta infectada, acompañado del manejo del insecto vector, la Diaphorina citri, transmisora del HLB. "Una vez que se detecta una planta positiva dentro de un cuadro, ya sabemos que el trabajo es de largo plazo", subrayó.
El técnico puntualizó que no se erradican cuadros completos, sino únicamente las plantas afectadas, porque "en países como Brasil, cuando comenzaron a eliminar cuadros enteros, terminaron perdiendo grandes áreas productivas". Por esa razón, Uruguay opta por una estrategia más quirúrgica, basada en la detección temprana y el manejo del vector.
"Si el HLB se expandiera a nivel productivo, en tres años estaríamos cortando todos los cuadros", advirtió. "Por eso, lo importante es actuar rápido en el foco y sostener la vigilancia continua".
Control químico
El HLB es transmitido por un pequeño insecto que se alimenta de las hojas y tallos de los cítricos. Su combate no es sencillo. "A control químico es imposible combatir el vector", afirmó Grasso con contundencia. Los tratamientos químicos no solo resultan ineficaces, sino que pueden afectar la inocuidad de la fruta, un aspecto crítico para los mercados internacionales.
Por esa razón, el trabajo conjunto entre INIA y el MGAP incluye la producción de enemigos naturales del insecto, una estrategia biológica que busca equilibrar el ecosistema sin recurrir a productos químicos agresivos. "La producción de estos enemigos naturales aún no alcanza para un combate activo en grandes zonas de producción, pero es una herramienta que debemos seguir desarrollando", sostuvo.
Grasso reconoció que la discusión sobre nuevas herramientas de control "debe seguir dándose", pero reiteró que la prioridad es prevenir la diseminación mediante protocolos estrictos de bioseguridad y monitoreo.
Responsabilidad compartida
El entrevistado insistió en que el monitoreo no es solo tarea del MGAP. "Es responsabilidad de todos los productores", afirmó. "Si ven síntomas, deben avisar inmediatamente y contactarnos por las vías oficiales".
El plan de contingencia también contempla la capacitación y concientización de los productores, así como la implementación de prácticas de manejo seguro para evitar la dispersión del insecto. Uruguay lleva años trabajando en medidas de prevención, entre ellas la certificación de plantas citrícolas, la producción bajo malla y el traslado controlado de fruta.
"El país viene haciendo prevención desde hace muchos años", enfatizó Grasso. Sin embargo, advirtió que el riesgo sigue latente. "Ojalá que el HLB llegue dentro de muchos años y que llegue muy salpicado", dijo. "Pero si lo hace, debemos estar preparados".
Actualmente, la empresa afectada en Artigas traslada su fruta cubierta a la industria, una práctica que podría extenderse al resto del sector. "Es posible que en el corto plazo el traslado bajo lona o malla de 50 mesh se generalice en toda la producción", adelantó. Según la bibliografía técnica, esta es una de las medidas más efectivas para evitar la propagación pasiva del vector durante el transporte de fruta.
Capacidad de diagnóstico
Uno de los aspectos que preocupa a los productores es la capacidad de respuesta de los laboratorios oficiales en caso de un aumento de muestras. Sin embargo, Grasso aclaró que la situación está bajo control: "Por ahora no estamos saturados. La situación está controlada y manejada", afirmó.
De todos modos, el tema se encuentra en evaluación dentro de la DGSA. "A nivel interno estamos analizando la posible habilitación de laboratorios privados o convenios con instituciones como INIA o el Cenur del norte", explicó.
Sin embargo, esta medida no es sencilla de implementar. "Como el HLB está bajo control oficial, no podemos habilitar laboratorios sin un sistema de seguimiento estricto, porque perderíamos el control de la información y las riendas de la situación", puntualizó. Por ese motivo, la apertura de nuevos laboratorios es una alternativa en estudio, pero aún no se ha ejecutado.
El MGAP considera esencial mantener la trazabilidad de cada muestra y el control institucional sobre el diagnóstico de la enfermedad. "Miramos la experiencia de Argentina y otros países, pero debemos actuar con cautela para no perder la coordinación del sistema nacional de vigilancia", agregó el ingeniero.
Grasso reconoció que "esta es una pelea que nadie la quiere dar". "Es una plaga muy difícil de combatir, pero el país está preparado. Lo importante es mantener la prevención, el control y la comunicación constante con el productor" indicó y concluyó destacando que "el HLB está controlado, pero no podemos bajar la guardia".
