jueves 6 de marzo, 2025
  • 8 am

La realidad impone cambios en la agenda de trabajo

Dr. César Signorelli
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Dr. César Signorelli

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Por Dr. César Signorelli
El año 2025 se inició con novedades fuertes.
En plena transición se produjeron algunas situaciones que exigieron poner atención a cambios que se venían anunciando, fundamentalmente en lo que tiene que ver con la matriz de producción y diferentes medidas dirigidas a mejorar la productividad y por lo tanto la competitividad de nuestro país.
Se retira del país una empresa, haciendo desaparecer más de 1.200 empleos directos y otros tantos indirectos, que absorbían la casi totalidad de los que existían en determinados puntos geográficos de interior, dato no menor. Mucho se habló sobre las causas del retiro, pero lo cierto es que no es posible atribuirlo a temas coyunturales.
En esos mismos meses se produce lo que todos conocemos en Conexión Ganadera, lo que provoca efectos desvastadores en toda la línea del sector rural y especialmente en la cárnica. Más desempleo, con una decena de frigoríficos cerrados, algunos pareciera que sin solución de reapertura y otros que deberán articular -si es que llegan a tiempo- posibles salidas alternativas. En estos casos se combina la pérdida definitiva de puestos de trabajo y la posibilidad de que se retomen algunas actividades y el desempleo termine siendo temporal.
El fenómeno provoca otras consecuencias, como puede ser la pérdida de cabezas de ganado y la fuga del país de una suma millonaria, con lo que si bien es posible sostener que se trató de un negocio entre privados y la participación del Estado no sería una exigencia jurídica, lo cierto es que el impacto se proyecta bastante más allá, en tanto el desempleo en el sector en el sector trepó al 20 por ciento. Es un negocio entre privados, pero del problema social deberá hacer cargo el Estado.
En ese contexto, complejo por cierto, se intenta seguir avanzando en propuestas y temas incorporados en la agenda del nuevo gobierno y que también impactarían en la productividad y la competitividad, como pueden ser la reducción de la jornada laboral y la desindexación de los salarios.
El gobierno que asumió el 1º de marzo no ha exhibido total coincidencia entre los futuros integrantes de las distintas carteras.
Dos vías se abren para la discusión de estos temas. Su tratamiento en el ámbito parlamentario, o bien a nivel de diálogo social, esto último con la intervención de las organizaciones sindicales, de empleadores y del Estado, que es el que propiciarían las empresas.
El tan cuestionado tripartismo entonces, aparece como la opción más robusta. En lo que tiene que ver con las pautas de ajustes de salarios claramente, mientras que en la reducción de la jornada se presentan diferencias, que no son solo de matices, incluso en la interna de los ministerios con competencia en el tema.
En el Ministerio de Trabajo el Sub Secretario de la Cartera, el Catedrático Hugo Barreto, una opinión muy autorizada y respetada, entiende que aunque el tema es complejo, es posible reducir la jornada laboral, siempre y cuando las partes puedan discutir de manera igualitaria cuál es la mejor salida. No habremos de extendernos sobre el particular, en tanto no es el objeto central de esta columna.
Lo que sí resulta central es advertir que desde que se hicieron anuncios a la fecha las cosas han cambiado vertiginosamente y seguramente los temas urgentes habrán de demandar la inmediata atención, postergando los importantes, evitando así que temas coyunturales se conviertan en estructurales.