martes 25 de marzo, 2025
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Curiosidades del Himno Nacional

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Dr. Fulvio Gutiérrez
El eminente musicólogo Carlos Vega, considerado el padre de la musicología argentina, cuenta una anécdota en la cual, cuando le preguntaron a un niño qué le enseñaban en la escuela, y contestó: “a escribir, a leer y a cantarle a la patria”. En esta infantil respuesta, se encuentra toda una verdad. En la escuela nos enseñaron a cantar el Himno Nacional Uruguayo, nos dieron el texto de las estrofas que se cantan en todos los actos patrióticos, nos dijeron que el autor de la letra fue Francisco Acuña de Figueroa y que el autor de la música fue Francisco José Debali (músico nacido en Hungría y educado en Italia), y nos dieron algunas explicaciones sobre el hermoso contenido que encierran esas estrofas.
El Himno Nacional es uno de nuestros símbolos patrios, y su letra fue declarada como himno por decreto el 8 de julio de 1833 (gobierno del primer Presidente, don Fructuoso Rivera), y fue modificada a su forma definitiva a solicitud de su autor por decreto del 12 de julio de 1845. Se quitó las referencias más duras a España, Portugal y Brasil, y se agregó a la primera estrofa la frase “¡Tiranos temblad!”, que posteriormente se haría célebre por su fuerza cuando se la canta. La música actual se aprobó por decretos del 25 y 26 de julio de 1848.
Después de ensayarlo una y mil veces, se nos grabó para siempre, y generalmente la entonamos casi automáticamente, sin pensar en su real significado. Pero la historia de nuestro himno, tiene una serie de particularidades que resulta bueno conocer. Después de 1810 se comienzan a cantar en la Banda Oriental, un número no precisado de “canciones patrióticas” –la mayoría nacida en los campamentos artiguistas- de las cuales se desconoce su musicalización, y cuyas letras tenían las más diversas referencias. En la mayoría de los casos, pretendían ridiculizar a los “godos”, nombre peyorativo con que se denominaban a los españoles.
Recuerda el gran musicólogo uruguayo Lauro Ayestarán, que en 1828, don Francisco Acuña de Figueroa escribió una “Canción Patriótica”, cuya letra y música originales no ha llegado hasta nosotros, pero que se considera la base de nuestro himno, aunque luego le hizo algunas modificaciones, que no por ser tales, carecieron de importancia. Así, por ejemplo, fue recién a fines del siglo XIX que aparece después del “¡Tiranos Temblad!” del “Solo”, la exclamación “¡Ah!” que no figuraba en los originales ni en las primeras ediciones. Incluso se pretendió hacer algunas otras modificaciones, que felizmente no tuvieron andamiento.
La última modificación realizada, fue obra de Gerardo Grasso y Benone Calcavecchia, y aprobada por Decreto del 14 de mayo de1934. Se corrigieron algunos errores y se suprimieron algunos ornamentos melódicos, pero se omitió corregir un error que –para algunos- hasta ahora se mantiene. En efecto; la letra dice: “De este don sacrosanto la gloria, merecimos…¡Tiranos temblad! Pero la melodía, en cambio, obliga a decir este absurdo: “De este don sacrosanto la gloria, merecimos tiranos temblad!”, ya que la prolongación que se debe hacer en la sílaba “ci” (de merecimos), obliga a unir la última sílaba “mos” con la palabra “tiranos”. Más aún, la melodía obliga a decir “sacrosanto”, lo que agrava más el problema. Incluso recordamos que hace muchos años, algún legislador, preocupado por el sentido cantado que tenían estos versos, inició un movimiento para una reforma que luego no prosperó.
No somos partidarios de este tipo de modificaciones. Sería algo tan aberrante como modificar los colores de nuestra bandera o los cuadrantes de nuestro escudo.Pero además pensamos que tal error no existe para quien tenga la inquietud de estudiar correctamente la letra.
Lo que ocurre, es que esa letra tiene un Coro y once estrofas de ocho versos cada una, y lo que se canta es el Coro y una sola de esas once estrofas, la primera. Pero si analizamos a fondo, comprenderemos perfectamente que el “don” que “merecimos” y que nos cubrió de “gloria” es el don de la “libertad”, y no –por supuesto- un tirano. Estas son algunas de las curiosidades de nuestro Himno Nacional, uno de los más hermosos del mundo.