
El foro INALE 2025, bajo el lema «Producción y mercados: realidad y perspectivas», reunió a un público numeroso en la Torre de las Telecomunicaciones en la capital del país. Esta instancia tuvo como objetivo central promover el análisis sobre los factores que definen la competitividad del sector lácteo, explicó el Ing. Agr. Gabriel Giúdice, gerente de Innovación y Proyectos del Instituto Nacional de la Leche (INALE). «Se plantearon aspectos de mercado y los proyectos que INALE está desarrollando, como el de quesería artesanal y el proyecto FPTA sobre gestión del crecimiento de empresas lecheras», resumió Giúdice, sobre la temática del evento.
Uno de los focos del foro estuvo en el análisis estructural del mercado internacional de lácteos, donde Uruguay participa de manera activa. Según explicó, aunque se accede a varios mercados, «tres o cuatro destinos absorben casi toda nuestra producción». Giúdice destacó que aún existen nichos a explorar. «Hay países donde es muy difícil entrar, pero también hay huecos donde podemos ampliar nuestras ventas. Sudeste Asiático, Malasia, Panamá y El Salvador son algunos de los destinos donde vale la pena hacer el esfuerzo», afirmó.
En cuanto al futuro de la lechería, la perspectiva general es moderadamente optimista. «Las principales regiones productoras del mundo están estancadas, sobre todo por razones ambientales. La demanda seguirá creciendo, y eso abre posibilidades para Uruguay. Actualmente, la lechería está atravesando un buen momento», sostuvo el técnico.
Uno de los puntos centrales del foro fue la presentación del proyecto FPTA INALE-INIA, denominado «Gestión Operativa y Empresarial en Tambos», que trabaja con 28 establecimientos piloto, con rodeos que van desde 50 a 900 vacas, y niveles de productividad que varían entre 12 y 31 litros por vaca por día. «Se ensayan metodologías para evaluar su adaptabilidad en distintos sistemas productivos. El foco está en tres procesos clave: planificación del sistema de producción, consumo y manejo de pasto y alimentación, y el manejo de la vaca en transición», detalló Giúdice.
Además, subrayó que el proyecto exige asesoramiento técnico constante y que la evaluación se centra en el proceso productivo más que en el resultado final. «Lo que se mide es cómo se llega al producto deseado, no el producto en sí», explicó.
De cara al futuro, uno de los principales retos es la incorporación de estas metodologías por parte de técnicos y productores. «El desafío más grande es que se adopte un sistema de información integrado que facilite la toma de decisiones en tiempo real y de forma cuantificada», afirmó.
Entre las herramientas en desarrollo, mencionó el uso de imágenes satelitales para estimar la disponibilidad de pasto, que estarán conectadas a un software de gestión. «Será una herramienta muy potente que integrará datos de distintas fuentes para simplificar la gestión de los tambos», concluyó.