La siembra de invierno alcanzaría un récord histórico

La superficie sembrada con cultivos de invierno en Uruguay alcanzaría este año su segundo mayor nivel en más de dos décadas, impulsada por una sólida campaña de verano y una apuesta creciente por cultivos no tradicionales.
Según datos divulgados por Urupov —basados en el relevamiento de semillas legales disponibles en el mercado—, la superficie de siembra proyectada para la zafra invernal 2025/26 llegaría a unas 785 mil hectáreas, lo que representa un aumento de 50 mil hectáreas respecto al invierno anterior.
Esta cifra solo fue superada por la campaña récord del año agrícola 2022/23, cuando se sembraron 861 mil hectáreas.
El cultivo de trigo se mantendrá como el principal protagonista de la zafra, con una superficie estimada de 315 mil hectáreas.
Sin embargo, esto marca una caída de 41 mil hectáreas respecto al año pasado. “El trigo sigue liderando en superficie, aunque con un leve retroceso frente a campañas anteriores”, señala el informe.
Más marcada será la disminución en el área de cebada, que bajaría de 272 mil a 190 mil hectáreas, una reducción de 82 mil hectáreas, reflejo de un menor interés por parte de los productores debido a factores aún no especificados, pero que podrían estar ligados a precios o condiciones comerciales.
La expansión más notoria proviene del grupo de las brassicas —principalmente colza, carinata y camelina— que alcanzarían unas 280 mil hectáreas, lo que significa un crecimiento de 177 mil hectáreas en relación con la zafra anterior.
Estas oleaginosas consolidan así su lugar como alternativas viables dentro del esquema agrícola, representando su segunda mayor superficie histórica, después del récord también marcado en 2022/23 con 348 mil hectáreas.
Este comportamiento confirma una tendencia de diversificación en la agricultura uruguaya, con productores que apuestan por cultivos que ofrecen oportunidades de exportación y buenos márgenes, sobre todo en esquemas de rotación con la soja de verano.
“El empuje de una muy buena campaña estival en términos de rendimientos está dando respaldo a estas decisiones”, afirman desde Urupov.
En síntesis, el escenario de la zafra de invierno 2025/26 muestra un campo activo, que se adapta, experimenta y busca eficiencia productiva con una base sólida generada por los buenos resultados del verano.
Con menos trigo y cebada, pero con más brassicas, el invierno se perfila con un nuevo equilibrio en los cultivos, manteniendo al país entre los referentes regionales en agricultura extensiva.