
Por Andrés Torterola
Sin el respaldo económico de los 250 mil pesos que anteriormente les otorgaba la Intendencia de Salto, los integrantes del Colectivo de Ollas y Merenderos enfrentan una situación compleja para sostener su labor social. Ante este nuevo escenario, comenzaron a diseñar estrategias alternativas de recaudación de fondos que les permitan continuar asistiendo a las familias más vulnerables del departamento.
INSTANCIA DE DIÁLOGO
En diálogo con CAMBIO, los referentes del colectivo manifestaron su preocupación, aunque señalaron que mantienen una actitud prudente frente al cambio de administración. Indicaron que ya han enviado audios y notas al intendente electo, Dr. Carlos Albisu, con el objetivo de solicitar una reunión y exponer la importancia del trabajo que vienen realizando. Según informaron, Albisu les respondió que aún no ha asumido formalmente el cargo, por lo que considera prematuro emitir una opinión o tomar decisiones sobre ese tema en este momento. Mientras esperan una instancia de diálogo con las nuevas autoridades, el colectivo continúa organizándose para mantener en funcionamiento las ollas y merenderos que, durante los últimos años, se han convertido en un sostén fundamental para cientos de hogares salteños.
RELACIÓN TENSA Y DISTANTE
Los integrantes del Colectivo de Ollas y Merenderos también expresaron su inquietud tras conocerse el nombre de quien asumirá la Dirección de Desarrollo Social de la Intendencia de Salto: María Eugenia Taruselli. Su designación, prevista para el próximo 10 de julio junto con el resto del gabinete departamental, generó cierto malestar entre algunos referentes del colectivo, quienes recordaron que durante su anterior gestión al frente del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) en Salto, la relación con las organizaciones sociales que impulsan ollas populares y merenderos fue tensa y distante. Según señalaron a CAMBIO, en aquel período se sintieron poco respaldados, incluso invisibilizados, por parte de la administración que encabezaba Taruselli, lo que generó dificultades en la articulación de esfuerzos y en el acceso a recursos fundamentales para sostener la ayuda alimentaria. No obstante, aclararon que no cierran la puerta al diálogo y que mantienen una actitud esperanzada frente al nuevo contexto político.
RESPETO Y SENSIBILIDAD SOCIAL
«Más allá de las diferencias del pasado, apostamos al entendimiento y a la voluntad política», expresaron. Subrayaron que de una buena negociación con las nuevas autoridades dependerá, en gran medida, la continuidad de la asistencia alimentaria que beneficia diariamente a centenas de personas en situación de vulnerabilidad en distintos barrios de Salto. El colectivo insiste en que su labor no responde a intereses partidarios ni a posturas ideológicas, sino a una urgencia social concreta: garantizar un plato de comida para quienes más lo necesitan. Por eso, reiteran su disposición al trabajo conjunto y confían en que, esta vez, el diálogo institucional pueda construirse sobre bases de respeto, compromiso y sensibilidad social.